Sitiales de la gloria


INDICE

   Palabras anunciantes

   Matices de las flores

   Nostalgias en la tarde

   Revivo en el misterio

   Providente arquitectura

   Cuánta gloria Señor

   Surgen veloces en la noche

   Vuelo en altura

   Vivo en los avatares de mi estrella

   Tu rostro ha diseñado

   Puede mi vida transitar

   Abrevo en agua de hontanar

   Alabo al Señor

   Conozco el campo de la mies

   Hoy me glorío al contemplar

   Jardines de los cielos

   La vida fugitiva

   La bella creación

   El despertar de la mirada

   Jardinero en mis rosales

   Palpo la brisa de la madrugada

   Vida oculta

   Horas de gloria

   Revivo en el misterio

   El pelícano

   Sitiales de la gloria

Palabras anunciantes


Sitiales de la gloria, como el título lo indica, es un libro luminoso, porque anuncia la gloria de Dios.
Su autor, el P. Carlos Pérez, que se nutrió en la infancia del contacto directo con la naturaleza, en la bella y positiva vida campestre que transcurrió con su familia, vuelca aquí todo ese acervo.
Desfilan ante nuestros ojos amaneceres, atardeceres, noches con estrellas, la infaltable agua de esta lírica, el brillo de los astros, el canto de los pájaros y las flores, el jardín con sus flores. Estos elementos y muchos más, operan como metáforas y símbolos de ocultos misterios que arraigan precisamente, en el misterio escondido de Dios, el tesoro escondido que nombra en otros poemas de otros libros.
Se trata de la anticipación de un cielo, que nos hace pensar que todavía, pese a las pruebas, se puede respirar en el planeta y vivir en otras instancias que elevan la mirada y animan al alma.
Sobre todo, el libro apuesta a ofrecer un mejor modo de vivir, no distrayéndose en banalidades, sino sabiendo observar el entorno y permitir que la naturaleza atraviese lo más hondo de nuestro ser. Porque es el único modo de que el mismo Dios, la Gloria, pase por nosotros y nos convierta en seres luminosos.
Es notable en esta poesía, la presentación de altas esferas de contemplación, como si el valle oscuro, la tierra, tuviera una contraposición en un cielo que no está tan lejano. Especie de espejo divino que nos vuelve más plenos.


A. M. R. F.

 
 
   
   

Matices de las flores


Hoy conozco matices en las flores
que en la vida me dieran su alborada
descubro su belleza y su balada
que aprendiera a vivir en sus primores


yo sé de aquel gemido que en clamores
encienden su perfume en la cascada
y descansan en noche iluminada
por estrellas que expanden sus fulgores


el día nos regala por ser día
el camino que lleva hasta el oleaje
del monte que recoge mi alegría


la noche que resguarda mi equipaje
me invita a descansar mi algarabía
soñando el devenir de otro paisaje


 
 
   
   

Nostalgias en la tarde


Nostalgias de la tarde en algún día
alojan su recuerdo en la memoria
que guarda entre las hojas de su historia
el vigor de la casa en que latía


la voz de la pupila que veía
recorrer en camino hacia la gloria
sonidos que muy simples en su euforia
relataban las voces de aquel día


yo recorro los pasos que meditan
los días y las noches que recuerdo
haber visto felices pues reeditan


su riqueza pasada donde acuerdo
repensar la belleza que fue escrita
en la página azul de mi recuerdo


 
 
   
   

Revivo en el misterio


Revivo en el misterio que escondido
provoca manantiales de la fuente
me dispongo a beber como indigente
buscando aquel tesoro que escondido


me invita a conocer su contenido
y me embriaga en el agua providente
purifica mi ser y en la surgente
apacienta mi tiempo redimido


sus gotas me conocen penitente
liberan al enfermo que ha gemido
y apagan con la voz su sed ardiente


el agua en su magnífico estallido
me invade con la gracia floreciente
pues nace del costado que fue herido


 
 
   
   

Providente arquitectura


Vivo en la providente arquitectura
paso en el deslizar de la vertiente
vuelo en los avatares de la fuente
canto a la creación en su hermosura


desborda la sublime creatura
semejanza e imagen que presiente
su misión de anunciar omnipotente
el clamor que deviene de la altura


callo con el silencio majestuoso
contemplo maravillas de la tierra
y ensalzo al creador que en su reposo


me interroga en la voz que no se cierra
del Verbo que proclama jubiloso
toda la majestad que Dios encierra


 
 
   
   

Cuánta gloria Señor


Cuánta gloria Señor ha perfumado
al hijo que se duerme en tu regazo
y en confianza filial te da su brazo
recibiendo tu amor atesorado


el descanso en tu Verbo lo ha sanado
tu mirada lo asiste en suave trazo
tu bondad adivina su embarazo
y tu amor es caudal que lo ha saciado


la gracia que me llega de tu gloria
revive aquella sed de tu presencia
y alimenta los huecos de mi historia


tú puedes trascender toda impotencia
y en la plácida tez de mi memoria
aparece tu rostro y su inocencia


 
 
   
   

Surgen veloces en la noche


Surgen veloces en la noche oscura
resplandecientes vértigos de vida
la noche clama por la paz que anida
en la simiente que creció en la hondura


de surco virgen que entregó madura
la tierra fértil que en su voz convida
a crecer mieses cuyo germen cuida
hasta la siega placidez futura


vive la noche seminal torrente
muere en el surco la semilla encinta
clama la tierra con su voz potente


cuando su suelo en la distancia pinta
trigal que ofrece con la luz ardiente
final de gloria de semilla extinta


 
 
   
   

Vuelo en altura


Vuelo en altura que cobija el cielo
sé que tú sabes diseñar mi hora
y yo descubro cuando el hombre llora
en ansiedades indagar su anhelo


eres el padre que en ardiente celo
abres tu mano cuando el hombre ora
y en ese llanto que tu amor implora
curas la fiebre que abrigó el desvelo


no puede el hombre reposar su miedo
en creaturas que en su muerte yacen
cuando carecen de vital denuedo


por ver las gracias que en tu amor subyacen
y enajenados de tu diestro dedo
sólo migajas en su angustia abracen


 
 
   
   

Vivo en los avatares de mi estrella


Vivo en los avatares de mi estrella
busco el amanecer de la sonrisa
canto la calidez de cada brisa
gozo el atardecer cuando destella


sé que la luz astral siendo tan bella
vive su frenesí cuando en su prisa
da su raigal calor que el hombre pisa
cuando nació en su cuna la grosella


oigo los recitales de la historia
veo revolotear entre las rosas
cánticos que guardara en la memoria


puedo parafrasear aquellas glosas
dignas de definir futura gloria
junto con los acordes de mis prosas


 
 
   
   

Tu rostro ha diseñado


Has querido que vista de entre casa
y me escondes en paso silenciado
también en ese amor me has reclamado
convivir con tu gloria y su coraza


has buscado en mi frágil argamasa
pedestal que tu rostro ha diseñado
donde surjan tus glorias en mi prado
y se apaguen los brillos de mi brasa


soy sendero con huellas que han nacido
de la honrosa pasión del caminante
por llegar a las plumas de su nido


la huella en que se hundiera itinerante
no pretende mostrar su amor transido
sólo busca orientar al trashumante


 
 
   
   

Puede mi vida transitar


Puede mi vida transitar serena
cuando percibe el horizonte en luces
y aunque debiera corretear de bruces
el alma inquieta no conoce pena


sé que la boca de brocal amena
entrega el agua que donó sus luces
a quien padece su dolor en cruces
que el agua viva cobijó en su cena


rica semblanza la que me presenta
ese horizonte con su piel de cielo
y ese agua viva que su voz asienta


rica mudanza que en su fuerte celo
el fuego emprende mientras apacienta
el pan que cuece con fervor y anhelo


 
 
   
   

Abrevo en agua de hontanar


Abrevo en agua de hontanar que riega
bellos rumores de trigal que abraza
entre los vientos su raíz que enlaza
con aquel surco que aguardó la siega


vergel de harina en sembradíos ruega
ser pan del hombre decidida braza
y requerida por la humilde masa
goza la fuente que el calor allega


febril tarea la del agua mansa
ingente esfuerzo del hogar que al fuego
exige llamas que al rumor alcanza


trigo soñado que bebiste el fuego
iluminante de genial mudanza
donde tu intento recogió su ruego


 
 
   
   

Alabo al Señor


Las glorias de la tierra se marchitan
el aplauso recoge vanidades
y el mortal complacido en veleidades
abraza los clamores que le agitan


los destellos de Dios donde palpitan
ambiciones del hombre en realidades
que no buscan beber en las verdades
que al autor de las obras nos invitan


sólo Dios creador omnipotente
merece nuestra gloria en este suelo
y el aplauso que admira aquella fuente


el humilde descubre en su desvelo
que crece por la gracia providente
y se postra adorando al rey del cielo


 
 
   
   

Conozco el campo de la mies


Conozco el campo de la mies y su hendidura
me regocijo en el festín de su cosecha
pues algún surco a la semilla abrió su brecha
hasta lograr amarillenta su figura


esos trigales que gestaron la frescura
de la simiente que en el campo fue deshecha
hoy amanece cuando muestra que esa mecha
ardió en hoguera y manantial de un agua pura


es la enseñanza que prodiga en su torrente
esa semilla que ya es parte de un granero
y se solaza en regalar cual fuego ardiente


el alimento que se entrega lisonjero
al que ha vivido devastada su simiente
y hoy puede dar su propia luz al forastero


 
 
   
   

Hoy me glorío al contemplar


Hoy me glorío al contemplar mi débil mano
porque permite que la gloria del Eterno
muestre su fuerza en la crudeza del invierno
hecha de cálida expansión en mi verano


soy aquel frágil instrumento que no en vano
supo aguardar en un ropaje que muy tierno
hizo posible aquel frutal donde me interno
para abrevar en un sendero sobrehumano


tan sólo puedo yo gloriarme en mi flaqueza
porque lo santo lo he bebido desde el cielo
y es el Señor quien me ha gestado en fortaleza


hoy glorifico su poder que ya sin velo
me demostró con la mirada su grandeza
y enalteció mi trajinar y mi desvelo


 
 
   
   

Jardines de los cielos


Estrellas milenarias jardines de los cielos
pequeña su apariencia, brillante el recorrido
en vuelos siderales desbordan su silbido
y en lúcidas galaxias atisban mis anhelos


el orbe es conquistado, en fúlgidos desvelos
por tanta lucernaria que encierra en su latido
aquel sabor de estrellas, que alumbra con su oído
a seres que le hablan incautos de sus vuelos


glorioso el universo, descansa en esa mano
que fuerte y creadora rubrica a la creatura
autor de maravillas, que asombra al hombre sano


canciones luminosas se escuchan en la altura
de aquellos manantiales silentes de un verano
que en música florecen y entonan su hermosura


 
 
   
   

La vida fugitiva


Sé que la vida es fugitiva
y de repente se cercena
sé que no puedo aunque me apena
prolongar tiempo que deriva


pero también sé que está arriba
aquella fiesta que en su cena
prodigará cosecha plena
con la pureza de la criba


como en la espera silenciosa
guardo memorias y añoranzas
sé que aguardando está mi rosa


canto a las bienaventuranzas
y mi concierto allí reposa
donde tú sólo, Dios, me alcanzas


 
 
   
   

La bella creación


La bella creación abrió sus ojos
donde ingresan latidos encubiertos
indagando en los montes ya cubiertos
de la nieve que emerge entre despojos


el astro que aligera los cerrojos
permite contemplar faros abiertos
que prodigan sus tácitos conciertos
y redimen el llanto en sus enojos


la riqueza frugal que da la vida
en la humilde pobreza de lo humano
es rico manantial para la herida


del amor de aquel hombre que en su mano
entrega aquella clave que se anida
en quien corre en sendero sobrehumano


 
 
   
   

El despertar de la mirada


Vivo en el despertar de la mirada
me recrea el jazmín y su fragancia
sé que el anochecer en la distancia
me invita a renacer en la alborada


soy feliz en la hora que encumbrada
atesora en su tímida prestancia
la belleza la gracia y la abundancia
de riquezas en tierra conquistada


vivo el amanecer en noche oscura
gusto el atardecer que me da el día
y aguardo la sorpresa prematura


del reino que en suprema lozanía
me enseña a descubrir en la espesura
la gloria que en la noche se escondía


 
 
   
   

Jardinero en mis rosales


Como árbol que busca la colmena
invariable en su afán y laboriosa
regocija mi sed tu luz preciosa
que alimenta los sueños de mi almena


hoy yo quiero soñar sin esa pena
que produce la senda pretenciosa
me desvive entrever aquella rosa
que añoro cosechar para mi cena


tú Señor jardinero en mis rosales
conoces los manojos que pretendo
y puedes albergarme en tus portales


que me enseñen la cima cuando enciendo
en secreto nocturno los ciriales
capaces de explicar lo que no entiendo


 
 
   
   

Palpo la brisa de la madrugada


Palpo la brisa de la madrugada
siento el perfume que avanzó en la altura
de mis desvelos en su propia hondura
fuente de dicha por mi ser amada


naturaleza que en su faz dorada
es luminaria y en la noche oscura
arde en caminos donde transfigura
al hombre humilde que encontró su espada


página bella la que escribe el llanto
cuando ha sanado la mortal ceguera
de aquel artista que enjugó el quebranto


cultor paciente que en su voz espera
irradiar trinos de celeste canto
muestra esa brisa que vivió primera


 
 
   
   

Vida oculta


Sé que la vida en su solar respira
sé que la tarde su secreto anuncia
vivo la noche cuya voz pronuncia
clamor de salmos cuando el sol expira


sé que la estrella su fervor inspira
seguir la huella cuya luz denuncia
huella de vida que jamás renuncia
a dar la sangre que la noche aspira


sé del ocaso que olvidó su día
y sé del día que olvidó su ocaso
cuando en el astro su calor moría


sé que la noche dibujó en su trazo
andariveles donde renacía
el hombre humilde que tendió su brazo


 
 
   
   

Horas de gloria


No sé desentrañar horas de gloria
no puedo descifrar nubes de altura
el tiempo que en mi tiempo ya madura
aguarda resplandores en mi historia


la tierra en los umbrales de esa gloria
revive en la esperanza que perdura
y arriesga en la batalla y su bravura
la vida que al andar ve su victoria


oh combate feliz el del amigo
que en dardos del amor eleva un canto
donde entrega el perdón al enemigo


oh crucial estocada la del llanto
que en viva compasión busca su abrigo
donde Dios le responde con su manto


 
 
   
   

Revivo en el misterio


Revivo en el misterio que escondido
provoca manantiales de la fuente
me dispongo a beber como indigente
buscando aquel tesoro que escondido


me invita a conocer su contenido
y me embriaga en el agua providente
purifica mi ser y en la surgente
apacienta mi tiempo redimido


sus gotas me conocen penitente
liberan al enfermo que ha gemido
y apagan con la voz su sed ardiente


el agua en su magnífico estallido
me invade con la gracia floreciente
pues nace del costado que fue herido


 
 
   
   

El pelícano


Pelícano que mueres por dar la vida entera
tu escuchas justos ecos del hombre en tus pichones
y en gesto de patriarca tu sacro pecho expones
rindiendo un homenaje de amor que amaneciera


tú sabes que caminas sembrando en tu litera
raudales de agua pura que ofrece bendiciones
tu sangre la cascada vergel de sensaciones
entrega en alimento la savia verdadera


pelícano que anuncias en voz itinerante
que el vuelo de tus alas muy pronto anochecía
por dar a cada hijo tu salmo navegante


tu canto en ti desnuda la vena que se abría
por ser caudal de gracia que en hora fascinante
advierte los pregones que ensaya tu osadía


pelícano divino que en pálida figura
renaces en la fuente que mana todavía...


 
 
   
   

Sitiales de la gloria


Camino los sitiales de la gloria
recorro la angostura del camino
yo sé que con mi andar de peregrino
voy gestando dichosa trayectoria


es amplio el devenir de cada historia
donde enlaza su música el destino
confío en aquel pan y en ese vino
que alimentan la paz en mi memoria


arpegios en la vida voy formando
que en canciones entregan su alegría
y conquisto la gracia suplicando


el Señor que reclama mi osadía
purifica mis pasos avanzando
en la huella que anuncia un nuevo día