INDICE

INDICE

INDICE

INDICE

Presentación


La Palabra de Dios obra poderosamente en el corazón de los creyentes y encontramos en ella la propia revelación de Dios que al enviarnos a la tierra a su Verbo que toma un cuerpo como el nuestro en el seno virginal de María, se introduce visiblemente en nuestra historia, nos habla a través de su Hijo, que anuncia y realiza la salvación con palabras y obras, y finalmente con su muerte en cruz y su resurrección gloriosa.
La Palabra de Dios es revelada al pueblo elegido en el Antiguo Testamento y es anunciada por el mismo Jesús al nuevo Pueblo de Dios. Aquí surge la Nueva Alianza donde Jesús instaura el Reino de Dios que hecha sus raíces en la Iglesia recién fundada y se proyecta a toda la humanidad.
La Palabra es el tesoro escondido que nos invita a vender todo lo que tenemos para quedarnos con las maravillas de ese tesoro.
En un lenguaje poético fui intentando expresar, con mucho amor, esta infinita riqueza

 
1
 


que el Padre nos comunicó y que el Espíritu nos hace comprender. Siempre la palabra humana es una pequeña vasija incapaz de contener el inefable misterio que Dios nos revela.
Sin embargo, así como el Señor habla a los hombres en un lenguaje humano, también quiere que nosotros nos comuniquemos la belleza de la Palabra en el lenguaje que más nos exprese.
Con toda sencillez hago entrega de estos poemas pensando que pueden servir al lector para incentivarlo en el intento de conocer y vivir la Verdad siempre antigua y siempre nueva, que es el mismo Dios que se nos revela.
Ruego al Señor que su reino crezca diariamente en el corazón de cada hijo suyo y que a semejanza de María siempre digamos "Si", con todo el fervor y la fidelidad de nuestra vida.
A todos mis queridos hermanos en la fe que nos une dedico este libro.


El autor

   
 
2
 

Prólogo


Como si sólo se tratara del esbozo de un itinerario, a manera de guía para el lector, podríamos afirmar que partiendo de la Contemplación, actitud forzosa de quien desea acceder al ámbito divino, el Poeta transita un extenso y hondo camino.

En efecto, bajo la mirada de María, objeto de toda alabanza, posa sus ojos en la infancia de Jesús, y atraviesa el arduo camino de su testimonio respecto de las Bienaventuranzas, apertura obligada, en el espíritu del amor misericordioso, del Misterio del Reino. Sobreviene entonces la Pasión del Señor, pórtico obligado del núcleo de la Fe, que la Resurrección nuclea.

Pero no se trata sólo del peregrinar de la Historia de la Salvación sino de un fenómeno, en el recinto único de la Poesía, que trasciende lo que la palabra simple podría expresar.

Porque se trata de Poesía, nos hallamos de cara al misterio de la Fuente que emana. El Verbo

 
3
 


que estaba desde el principio era Dios y habitaba en Dios. Entonces el agua viva de esta fuente allega al hombre, en este caso el Poeta, y lo que tenemos ante los ojos es un canal pleno de toda Gracia.

Es la Palabra que se hizo carne, pero en el poema se hace Poesía, emanación del ser, como expresaba Francisco Luis Bernárdez. Noción teológica de particular valor en el contexto referencial que aquí nos ocupa.

Más allá de estas consideraciones, este libro de poemas devela un plus sumamente atractivo que contiene la plenitud de un genuino sendero. Nos referimos al titulado "Audacia" donde el Poeta afirma, no sin humildad y descalcez, que ya es uno con el Padre, porque es hijo en el Hijo, en razón de la Salvación ya consumada. La fuerza de la fe con que lo expresa, las bellas imágenes que lo nutren, las mociones del alma a través del certero ejercicio de una Poesía que se explaya más allá de sus

 
4
 


límites, producen ese sentimiento catártico de cierto estupor, que sólo Dios puede engendrar en lo más profundo de nosotros.

Creemos que huelgan más palabras y que es necesario retirarnos en el silencio más puro para penetrar en tan alto misterio.

La nuestra, más que la de la intención de una presentación, significa una actitud de postración de sierva que se tiende hacia la Cámara del Rey, recordando a Teresa de Ávila, lugar de privilegio a alcanzar por el Amor y en el servicio.

Porque Él, habitó entre nosotros.


Ana María Rodríguez Francia
Doctora en Letras Modernas
Universidad Nacional de Córdoba

   
 
5
 

Contemplar...


Contemplar es callar, hacer silencio
meditar la sublime epifanía
las palabras del Verbo que proclama
el secreto de larga travesía
contemplar es orar ya sin palabras
y mirar esa humilde diaconía
de Jesús que se entrega en amor vivo
por librar el dolor de mi agonía
contemplar es amar y para siempre
con el brillo del sol del mediodía
a quien dio por salvarnos de la muerte
su vida, su piedad y su alegría
contemplar es cantar con el espíritu
y danzar ese ritmo que a porfía
reclama el hacedor de nuestro tiempo
que me envuelve en los brazos de María
contemplar es llorar todas las faltas
y confiar que Jesús nos redimía
cuando en alto madero ensangrentado
ofreció la suprema teofanía
contemplar con los ojos de la fe
es propio del que pasa en esta vía
mientras vive en silencio su misterio
y aguarda la belleza de aquel día


   
 
6
 

Alabanzas a María


Te veneramos Madre nuestra
que nos proteges desde el seno de tu gloria
te veneramos en la tierra
como en el cielo te ensalzamos en tu hora
te agradecemos esa gracia
amanecida entre los dones que tú imploras
te saludamos como hijos
al celebrar esa fragancia de tus rosas
el mundo danza sus arpegios
porque tu vida fue el secreto en que reposa
porque en tu clara intercesión
trajiste paz y salvación que el hombre añora
eres el cántaro viviente
y el manantial que nos regala lo que imploras
eres el agua de la fuente
que nos entrega la palabra en cada copa
eres jardín amanecido
que en tu mirada nos enseñas cada nota
en que se teje aquel concierto
con que en la gloria a nuestro Dios ferviente invoca
eres la puerta que abre el cielo
a quien te encuentra en el camino de sus obras
el arca viva de la alianza
donde el Señor a sus amigos los desposa

 
7
 


eres también casa de oro


que resplandece porque Dios mora a su sombra
la suave estrella que amanece
como lucero que me alumbra con sus coplas
eres la pura concepción
la inmaculada que se viste con la ropa
que da el Señor a quien escucha
con ese amor del corazón que en ti rebosa
Madre del Hijo y de los hijos
que nos redimes con tu cruz en cada gota
fruto del árbol de la vida
con que alimentas como pájaro en la boca
canto a tu nombre que es María
Madre que llevas a la patria esplendorosa!


   
 
8
 

La infancia de Jesús

Romance del tiempo sin tiempo


Era el vacío y la nada
y el universo existía
solamente en la conciencia
del creador que se aplica
fuera del tiempo del hombre
a velar por lo que aspira
Dios el eterno Señor
que en su ser nos pretendía
que está fuera del espacio
y de un tiempo que termina
él es espíritu puro
y su amor lo regocija
al crear la tierra firme
y al hombre que la domina
pero en milenios sin tiempo
contempló con su retina
enviar al propio Verbo
a la tierra ya crecida
porque el hombre en su vileza
mataba su propia vida
y desde siempre el eterno
antes de crear la vida
soñó con la redención
y a su Hijo lo elegía

 
10
 


como salvador del hombre
desde el seno de María
eternamente existimos
en la mente enternecida
del Padre que halló en su amor
la respuesta que suspiran
los hijos que en esta tierra
sólo al Señor glorifican


   
 
11
 

El embarazo de María


María fue aquel sagrario
que cobijara en su seno
al Hijo que fue engendrado
y eternamente es el Verbo
en silencio contemplaba
la madre a quien por pequeño
pudo guardar en su entraña
cuidado en intenso celo
adorando con su ser
y entre cantares y ruegos
al salvador que llegaba
humilde al sencillo cuenco
donde el amor esperaba
impaciente en su desvelo
por acariciarlo a Dios
que allí se hiciera lucero
postrada en su corazón
María vivió el secreto
compartido con José
de ahondar en ese misterio
y al no poder ver entonces
la realidad de ese cuerpo
imaginaba la gloria
del infante y sus destellos

 
12
 


mientras sentía su sangre
crecer en sagrados huesos
y palpitaba al unísono
su corazón con el Verbo

Ah noches y días largos
nueve lunas, puro cielo...


   
 
13
 

La anunciación


El arcángel San Gabriel
portador de buenas nuevas
en Nazaret y a María
dirigió su voz primera
señalando el plan de Dios
que a los hombres le surgiera
y recitó aquel anuncio
destinado a la doncella
queriendo que su misión
explorara la respuesta
que el hombre a los cielos diese
con sus labios y la entrega
de quien fuese la elegida
para ser Madre en la tierra
del Hijo santo que ardía
por encontrar en la brecha
libremente pronunciado
el sí que Dios predijera
y el saludo del arcángel
y el candor de la respuesta
fueron idéntico gesto
del amor de Dios que llega
al hombre que en los aprestos
procura vivir la fiesta

 
14
 


del salvador de los hombres
nacido en lecho de piedra

que al fin de una larga cumbre
morirá en cruda madera


   
 
15
 

La visita a Isabel


Vio su luz la encarnación
donde el Padre enviara al Verbo
que el Espíritu engendraba
en el castísimo seno
de María humilde sierva
llena de gracia y de celo
por cuidar en sus entrañas
al deseado de los tiempos
y quiso con rapidez
visitar en su secreto
a su pariente Isabel
que fue madre cuyo seno
fecundo se enardeció
por la gracia de un misterio
engendrando a Juan Bautista
precursor del nazareno
y arrebatada en la luz
del amor que amó primero
dijo mirando al Señor
Dios te salve en este suelo
bendita entre las mujeres
por este fruto en tu seno
quien soy yo para que venga
la madre de quien venero

 
16
 


feliz de ti que has creído
pues en ti se encarna el Verbo


   
 
17
 

Magníficat


Mi alma canta jubilosa
de mi Señor la grandeza
y mi espíritu se alegra
en la salvación que llega
porque miró con amor
la pequeñez de su sierva
y por eso desde ahora
han de elogiar mi presencia
me proclamarán dichosa
generaciones enteras
pues hizo en mí grandes cosas
quien puede abrir toda brecha
porque en él su nombre santo
su misericordia llega
obrando en generaciones
a los hombres que le teman
mostró el poder de su brazo
y a los soberbios desecha
enalteció a los humildes
y al fuerte borró su senda
al rico dejó sin bienes
y al hambriento lo alimenta
por su gran misericordia
tendió a su pueblo la mesa

 
18
 


como hablaba antiguamente
por la voz de los profetas
a Abraham y a nuestros padres
y a toda su descendencia
por los siglos de los siglos
donde a Dios se reverencia


   
 
19
 

La Peregrinación


José y María viajaron
a Belén donde esperaban
inscribirse en aquel censo
que el Imperio decretara
aquel camino sinuoso
lleno de luz se postraba
pues desde el seno bendito
el niño dios alumbraba
y sus padres recogían
los destellos de su estampa
mientras iban contemplando
tanto amor y tanta gracia
que el Padre le concediera
al hombre que halló esperanza
sólo en las manos de Dios
y a la luz de su mirada
que cumplía la promesa
de redimir nuestras almas


   
 
20
 

El nacimiento


Nació el niño que en sus ojos
mostró el amor de su Padre
y en su pequeña figura
la magnitud con que se abre
a ofrecer rayos de cielo
al que busca quien lo salve
de infortunios en la tierra
y en la gloria halló su enclave
feliz noche y clamorosa
donde nace aquel infante
que transforma el universo
con el amor de su sangre
y purifica a los hombres
que buscan aquellos aires
matizados en fragancias
que itineran en las calles
llamando a heredar el polen
que con sus brisas atraen
de las más hermosas flores
cuyos pétalos expanden
calor de misericordia
y el fuego que hay en los mares


   
 
21
 

Los pastores de Belén


Los pastores de Belén
recibieron la noticia
del nacimiento gozoso
de un niño que era el Mesías
los ángeles les pidieron
que con amor y con prisa
visitaran al infante
que naciera de María
y ellos fueron y encontraron
envuelto al niño que ardía
por el amor a los hombres
y por curar sus heridas
entregándoles descanso
después de tanta fatiga
contemplaron esos hombres
lo que del cielo venía
para iluminar la noche
y encender el Nuevo Día
y felices adoraron
a quien trajera la vida
que nadie pudiera dar
sino Dios con su visita


   
 
22
 

Los Reyes Magos


En el pesebre recibe
el niño a quienes visitan
el misterio de su infancia
y la sublime noticia
ha nacido el Rey del Cielo
que hoy a la tierra acaricia
con la fuerza de su amor
y su persona divina
y unos magos del oriente
con su oro incienso y mirra
reconocen en Jesús
al Señor que da la vida
desde Belén al calvario
donde aguarda su partida
y le ofrecen esa gloria
que se postra de rodillas
representando a los hombres
de todo el mundo que habitan
en el gesto de los magos
en tiempo de Epifanía
guiados por una estrella
y enmarcando su alegría
con regalos y plegarias
que el niño Dios merecía

 
23
 


invitándonos a dar
nuestras vidas al Mesías


   
 
24
 

La presentación


José y María llevaron
al niño recién nacido
al Templo donde el Señor
glorificará a su Hijo
recibiéndolo en ofrenda
y consagrando el designio
del infante presentado
para ser el blanco trigo
triturado por los hombres
y aquel decreto divino
de salvarnos de la muerte
y recrear un destino
el anciano Simeón
tomando en brazos al niño
lo proclama como luz
que al hombre en su noche vino
a redimir sus tinieblas
y engendrarlo en nuevo vino
de la alianza que surgía
por la gracia del ungido
para alentar al que llora
y resguardarlo en su nido


   
 
25
 

La huida a Egipto


Belén conoció el martirio
en los testigos infantes
que los verdugos buscaban
para allí verter la sangre
del niño Rey que nacía
para darnos el rescate
como precio del pecado
que al hombre hiere y deshace
Herodes indigno rey
quiso matar al infante
que la escritura sagrada
profetizó en sus anales
de anuncio que habría de ser
cumplido en la cruz y es llave
de los hijos del buen Dios
que nos llamó como Padre
a heredar la eterna gloria
e ingresar en los portales
el Niño Dios al momento
huyó en brazos de sus padres
a refugiarse en Egipto
mientras fuera vulnerable
hasta que Herodes dejara
de requerir esa sangre

 
26
 


y humilde pudo en destierro
del cruento rey liberarse


   
 
27
 

El niño perdido y hallado en el Templo


Para celebrar la pascua
en los ritos de su Templo
fueron a Jerusalén
José y María queriendo
incorporar a Jesús
en la fiesta de ese encuentro
y al regresar a su casa
en caravana anduvieron
hasta ver el primer día
y al final de ese sendero
que Jesús se había perdido
pues no viajaba con ellos
angustiados regresaron
sus padres venciendo el miedo
y luego de haber buscado
lo encontraron en el Templo
discutiendo con firmeza
a escribas y fariseos
y a los doctores y ancianos
que allí quedaron perplejos
escuchando la enseñanza
de Jesús el nazareno
al verlo María le dijo
cómo nos has hecho ésto

 
28
 


tu padre y yo te buscamos
preocupados por tu gesto
y Jesús le respondió
por qué tal dolor sufrieron
no sabían que a mi Padre
toda obediencia le debo
y yo vine para hacer
lo que Él busca en este tiempo
y Jesús volvió a su casa
con sus padres que advirtieron
el paso de Dios oculto
en el niño de sus sueños


   
 
29
 

Vida oculta en Nazaret


En simple casa paterna
que Nazaret albergaba
vivió la familia humilde
de Jesús que acariciaba
las horas junto a María
y a José con su labranza
el niño vivió obediente
a sus padres que brindaban
la adoración de quien vive
con Dios en su propia casa
contemplando el crecimiento
de Jesús en su mirada
infinito en su grandeza
vistiendo en humilde traza
trabajando con sus manos
mientras el Padre gozaba
en diálogos que surgían
de un amor ya sin palabras
María y José concientes
de la riqueza heredada
meditaban el misterio
en lo profundo del alma
y en sencilla aceptación
todo su amor regalaban

 
30
 


al Hijo que hubo nacido
sediento por darnos agua


   
 
31
 

Romance de la alabanza de María


Te saludamos Señora
Reina y Madre que en el alba
de la eterna redención
fuiste madre del que llama
para siempre a cada hombre
para llevarlo a la patria
donde Dios ha pernoctado
mirando tu amor sin tasa
y tu sublime hermosura
cual madre que al hijo aguarda
para rendirle su amor
y protegerlo en su infancia
feliz el sí de tus labios
que cobija la Palabra
en el cuenco de tu seno
y en el amor de tus palmas
y en tu plena libertad
para escuchar su llamada
feliz oh Madre de Dios
y madre que a quien restaura
la humanidad que ha caído
en tu voz halló la gracia
donde el Hijo de tu vientre
redime al hombre y lo salva


   
 
32
 

El misterio del reino

Introito


Este reino de los cielos
joya divina engarzado
en el seno de la tierra
donde el hombre alza su llanto
al saberse confundido
por la astucia del atajo
sólo es gracia del mesías
que nos abriga en su manto
redimiendo con su cruz
la indigencia de mi parto
el reino es aquel misterio
que desarma mi quebranto
reino de paz y justicia
y el amor que me ha salvado
y recrea entre los hombres
una familia de hermanos
que solidarios caminan
y en la amistad se brindaron
y se alegran cuando viven
de orfandades despojados
por esa diestra del Padre
que nos diera al Hijo santo


   
 
34
 

Salió el sembrador


El reino oculta semilla
que sembrada en esta tierra
busca morir en el surco
para abrirnos una brecha
cuando muere entrega vida
a quienes velan por ella
y al caer en suelo virgen
es grande su sementera
pero a veces es sembrada
sobre el polvo de las piedras
y a poco se desmerece
porque su raíz se seca
a veces en los cardales
es tirada por la diestra
del sembrador que adivina
que las espinas la anegan
y también en el camino
es echada sin defensa
pues los pájaros del cielo
pronto su cuerpo se llevan
la semilla esa palabra
del hacedor de la siega
que recoge jubiloso
el fruto que allí se hospeda

 
35
 


y el hombre en su libertad
decide elegir su tierra


   
 
36
 

El trigo y la cizaña


Encontré en verde pradera
la simiente que sembrada
confirma en su fuerza agreste
y me reposa en sus ramas
y al crecer pude advertir
que junto al tallo brotaba
con profunda virulencia
la perniciosa cizaña
y entendí lo que el Señor
bien decía en su palabra
no la arranquen este día
aguarden la siega mansa
donde puedan separar
el trigo de la cizaña
porque si extirpan ahora
el veneno con su trampa
arrancarán sin buscarlo
la simiente allí sembrada
en el reino crecen juntos
el trigo con la cizaña
y al final podrá escogerse
el fruto bueno y su estampa
arrojando lo sombrío
al interior de la zarza

 
37
 


que es combate de violentos
ganar el reino y su talla
sabiendo que en toda guerra
siempre se pierden batallas


   
 
38
 

El grano de mostaza


Este reino se parece
a un granito de mostaza
pequeño entre los pequeños
que al crecer muestra su traza
y es el arbusto más grande
sembrado en la tierra magra
y sus hojas el descanso
que cobija entre sus ramas
a los pájaros que vienen
a refugiarse en su palma
para guardarse del sol
y comer su fruta blanda
así el reino que ha nacido
pequeño eleva su planta
y más amplio su entramado
que lo que piensa al sembrarla
quien trabaja en aquel suelo
y busca arrendar su estancia
mi reino tiene la fuerza
que no conoce quien marcha
desafiando aquel poder
que oculto en la tierra danza
su grandeza es el misterio
que nace de humilde brasa


   
 
39
 

La semilla que crece sola


El reino como semilla
sembrada en la tierra buena
va creciendo noche y día
sin que el sembrador pudiera
imaginar con sus ojos
ese misterio que encierra
la vida fértil que duerme
en la simiente que espera
ver su tallo y ver la espiga
y el fruto que el tiempo vela
que al final ya madurado
surge otro tiempo de siega
también el hombre en el reino
contempla el alma que observa
que la gracia del bautismo
busca crecer sin barreras
por propia vitalidad
aunque yo en la noche duerma
y busca encontrar la edad
que soñara mi existencia
si creyendo en la palabra
y en el mentor de cosechas
permita ese crecimiento
sin mérito de mi hacienda

 
40
 


que por amor ha nutrido
el Señor aquella tierra
donde nace la simiente
que el sol y la lluvia riegan
sin otro esfuerzo al crecer
que contemplar la cosecha
cobijando en ese tiempo
el frutal que allí naciera


   
 
41
 

La levadura


El reino se me aparece
como en la casa en que observo
a un poco de levadura
que con la masa yo mezclo
y al tiempo surge elevada
y permite ver su vuelo
aquel pan o aquella masa
leudada en rápido tiempo
así el reino ha de librar
de la bajeza al sendero
y permanece en la vida
y eleva su tierra al cielo
pues el hombre es invitado
en los aires de su tiempo
a entonar la melodía
gestada en propio sendero
que es dar socorro al que llora
pan de consuelo al consuelo
aquel fermento buscado
por los hombres en el reino
expulsa la levadura
de la maldad que ha desecho
la verdad en su mentira
y la bondad en apremio

 
42
 


y renueva las entrañas
que surgen con aire nuevo
implorando ver crecida
la existencia en sus aleros


   
 
43
 

Tesoro escondido


El reino es como el tesoro
escondido en algún campo
y un caminante curioso
al volver sobre sus pasos
divisa aquella grandeza
y decide en ese tramo
vender toda su riqueza
para adquirir ese campo
y quedarse con la joya
que resuelve su quebranto
así el hombre que encontrara
la belleza de su rango
en el reino del Señor
que tanto nos ha donado
se desprende de sus bienes
para entonar aquel salmo
que glorifique a su Dios
cuando descubre su canto
y resuelve aquí su entrega
a quien enjuga su llanto
aquel tesoro seguro
es el Dios que me amó tanto
y se esconde de mis ojos
para que busque en mi barco

 
44
 


su grandeza sumergida
que es la joya de mi campo
por quien yo debo entregar
dineros perlas y escarnios
porque él es la recompensa
cuando me guarda en su manto

ay de quien pierde el tesoro
en pos de terreno aciago!


   
 
45
 

La red


El reino de un dios emerge
como la red en la pesca
que tirada en alta mar
busca resurgir bien llena
de peces que la encontraron
y vieron su campo en ella
los pescadores la sacan
cuando surge su cosecha
y la llevan a la orilla
donde dividen la pesca
los peces buenos eligen
y a los demás los desechan
así ocurrirá al final
cuando el Señor me sorprenda
quienes fueran sus discípulos
serán salvos en su diestra
y quien negara al mesías
verá su mansión desierta
el reino cobija a todos
los hombres que en su destreza
buscan crecer en la hora
de producir su respuesta
y añorando al ser supremo
con el fervor se alimentan

 
46
 


aguardando que en la tarde
cuando el sol baje en su cuesta
pueda saberse elegido
y brindando en esa fiesta
que el Padre al hombre prepara
al que es fiel a su promesa


   
 
47
 

El reino es para los niños


Jesús huyó de la gente
que quiso darle algún trono
haciéndolo rey del mundo
y vistiéndolo de oro
mi reino no es de esta tierra
dijo en el mismo pretorio
cuando aceptó que era rey
mas no del mundo y su foro
quien quiera ser de mi reino
debe renacer del todo
para volver a vivir
como hombre nuevo que sólo
podrá ingresar en su seno
siendo humilde y valeroso
son los pobres y los niños
quienes gozan del tesoro
que Dios entrega en el Hijo
para darnos pleno gozo
Dios revela a los pequeños
lo que al sabio y presuntuoso
le ha negado en su camino
por ignorar que el reposo
no se encuentra en otro predio
que en el río generoso

 
48
 


donde el Verbo abre sus brazos
para llenar nuestro rostro
del agua viva que fluye
de la fuente y su tesoro
háganse niños confiados
en el Padre dadivoso
que sólo puede habitar
en cuencos de humilde trono
donde sólo arde el amor
que se entrega silencioso


   
 
49
 

El rey mesías


Bellas noticias les traigo
que el reino me ha estremecido
cuando advertí que su dueño
de paradojas fue signo
nace en portal abrigado
por el aliento cansino
de unas humildes ovejas
que anunciaron en su aprisco
el nacimiento gozoso
del Dios que a la tierra vino
vivió obediente a José
y a María en su camino
creció labrando maderas
humildísimo servicio
y al comenzar su intemperie
muy pronto fue perseguido
realizó grandes milagros
y le respondió el vacío
finalmente buscó el trono
donde el rey haya vencido
padeciendo en una cruz
por salvar a sus amigos

...

 
50
 



los atributos del rey
aquí cambiaron su estilo
no son tronos ni hay coronas
ni existe púrpura o lino
pero aquí yo me detengo
cuando su fuerza percibo
al resucitar a Lázaro
y enaltecer al mendigo
él perdona los pecados
de aquel pobre paralítico
a quien también le devuelve
la salud que hubo perdido
alimentó a muchedumbres
fatigadas del camino
y curó a los diez leprosos
que clamaran por su vino
no hay rey que pueda guardar
lo que este rey ha traído
cuya gloria fue escondida
aunque hablaron esos signos
milagrosos que tan sólo
puede el Señor producirlos

 
51
 


y el reino aparece entonces
con esa fuerza que esgrimo
para decir que aunque oculto
ese rey venció al maligno
y nos regala su gracia
para salvar del abismo


   
 
52
 

Venga a nosotros tu reino


...también nosotros vivimos
reflejados en la senda
del rey que venció muriendo
y al vencer abrió la brecha
para caminar descalzos
gozando tiempos de piedra
en el reino de los cielos
quien triunfa se hace violencia
para vencer vanidades
y afincarse en su pradera
está en el mundo y ya sabe
que no es del mundo en que brega
el príncipe de la noche
con odio cruel lo flagela
y los hombres lo persiguen
como al Señor en su estera
si busca entregar su vida
la tierra se la desprecia
no puede cargar su cruz
porque la inquina se acerca
si se complace en el débil
su prestigio se desecha
canta las glorias del cielo
y el mundo llora su pena

 
53
 


niega el siglo el alimento
que el reino feliz entrega
...
que él padece en soledad
pues los hombres lo desprecian
busca negocios enhiestos
y lo resiste la cuesta
al vencer los torvos aires
su natural se rebela
y al querer hacer las paces
sarcasmo infeliz encuentra
y si entrega al enemigo
el alivio en su aspereza
suele encontrar villanía
que le niega toda apuesta

así el reino contraría
los instintos que pelean
por enaltecer sus glorias
y empeñarse en la refriega
felices los que anduvieron
litigando en su litera
el camino del maestro

 
54
 


que bendice su firmeza
y da certezas de gloria
a quien sufre en sus laderas
pues al fin ha de triunfar
quien sube en la dura cresta
de ésas las agua del mar
que rugen olas siniestras


   
 
55
 

El reino está entre ustedes


El Señor me ha señalado
que su reino es una gracia
y reside entre los hombres
viviendo en medio del alma
el Cristo quien por la fe
me cambia y cambia en palabras
el Dios de la Trinidad
que ha fijado su morada
en la hondura del misterio
con singular enseñanza
y en el propio corazón
abierto a su voz que ensaya
ir tallando el nuevo rostro
del hombre en su viva llama
y es entonces cuando extiende
la riqueza de su trama
en las obras que lo muestran
o en palabras que proclaman
la fuerza que me sorprende
e ilumina mi jornada
en canciones siempre vivas
que dan vida a la alabanza
el reino instala en mi pecho
del Padre tierna mirada

 
56
 


que me fascina en la noche
y despierta en la mañana
y es brasa que enrojecida
roja de luz casi blanca
me ilumina con su música
y encierra aquella cascada
capaz de saciar la sed
del hijo que allí descansa


   
 
57
 

Mirados en el amor


En el final de la vida
habrá un encuentro anunciado
porque el reino es el tesoro
que exige vivir su rango
y el Señor me da las luces
para el diálogo que aguardo
cuando me pide asistir
a los humildes varados
al decirme en su firmeza
que el precio que habrá llevado
mi ser a la eterna gloria
es haberlo rescatado
en el hambriento y sediento
el desnudo o maltratado
en el enfermo que gime
en el triste o deportado
a quien sufre en el silencio
o sangra gotas de llanto
en el frágil pecador
que clama desesperado
y en el que busca el camino
incapaz de ver lo opaco
que lo libere del mal
y lo levante del fango

 
58
 


el Señor está en el rostro
del hermano desterrado
y me exhorta en su palabra
como sentencia en mi fallo
cada vez que socorriste
a quien muestra su quebranto
me devolviste la vida
a mí mismo en ese cuadro
lo que hayas hecho al más pobre
por amor en su fracaso
lo has hecho conmigo mismo
que allí viví pernoctando
y yo anunciaré tu gloria
entregándote el descanso
que el reino sufre violencia
y he de ganarlo sembrando


   
 
59
 

El discípulo en el reino


Si quiero alcanzar la gracia
de revivir en el reino
y quiero ser el discípulo
de Jesús el nazareno
debo negarme y buscar
la renuncia al hombre viejo
rechazar al enemigo
e intentar nacer de nuevo
en el olvido de mí
que surge de amar primero
al Señor que me ha llamado
y se convierte en maestro
desprenderme de mis bienes
como Jesús lo ha dispuesto
enterrando mis litigios
y sembrar en cada sesgo
al Verbo que me invitara
a crecer en este reino
ya no vivo yo en la tierra
es Cristo a quien yo me avengo
el que transforma en su yo
mi yo cuando va muriendo
en esa muerte que aspiro
y va surgiendo en mi seno

 
60
 


el calco de mi Señor
cuya gracia es tiempo nuevo
y el espíritu del Hijo
transformara en ese espejo
donde al mirarse el Señor
encuentra su rostro eterno
al olvidarme de mí
cargaré aquel suave leño
que es la cruz donde he nacido
por la sangre del cordero
y con la cruz en mis hombros
encontraré al mensajero
que ha buscado cobijarme
en las alas de su templo

y su yugo yugo suave
ligera carga en el puerto


   
 
61
 

El Padre misericordioso


El padre le abrió la puerta
al hijo que vio horizontes
en la senda tumultuosa
que eligiera como norte
vivió caminos de piedra
y andurriales cuyo porte
fueron estrellas fugaces
que esfumaron sus colores
recorrió sendas oscuras
y cosechó los derroches
de su frágil existencia
fisurada en sus acordes
agotó aquellos caudales
que el padre puso en sus odres
y concluyó descubriendo
su casa envuelta en clamores
por la vuelta sin retorno
del hijo muerto en sus dones
el padre estaba aguardando
cada tarde en sus ardores
el regreso de su niño
perdido entre los rincones
y sus ojos aguardaban
ver de lejos esas voces

 
62
 


que anunciaban que venía
el hijo de sus amores
y una tarde soleada
ceñido el sol de arreboles
vio la estampa de aquel hijo
llorando sus estupores
y el padre se fue corriendo
para abrazar a ese joven
que mostraba su miseria
aguardando que lo colmen
de la gracia del perdón
que feliz el alma absorbe
el padre le muestra al hijo
el amor que hay en su cofre
y le regala en su casa
la fiesta que allí propone

feliz fiesta la del reino
donosa de altivos dones!


   
 
63
 

Bienaventuranzas

Felices los pobres de espíritu

(Mt 5,1-12)


Felices esos pobres que en su espíritu
encuentran libertad en el destierro
despojados del techo que resguarda
y añorando en la vida su consuelo
descalzos y olvidados de sí mismos
descansan en la casa de su dueño
porque Dios es la plena recompensa
que encierra todo el bien que haya en el huerto
sólo basta el Señor que hace felices
a los hombres nacidos de su seno
que vivieron bregando su destino
y muriendo a los dioses de este tiempo

el pobre en su camino se hace fuerte
y descubre en las horas de orfandades
el trayecto que llega hasta los cielos
cabalgando en el vuelo de su nave
no es el oro o la alforja o el bastón
lo que da la alegría a su velamen
sólo quiere adherirse a la palabra
al vivir despojado en su equipaje
la tierra con las luces de su estirpe
ofrece con su diestra veleidades
que entorpecen los ojos del que ansía

 
65
 


recoger la belleza en sus verdades

felices quienes viven en silencio
gozando de los bienes que descansan
la sinuosa carrera que emprendieran
sin quedarse a beber en sus aguadas
sólo viven libando en esa fuente
que copiosa en canales se desangra
le regala la paz en esta tierra
y es promesa del cielo que rebasa
ante aquel horizonte en que sus ojos
alimentan la hora apaciguada
cuando el pobre en su claustro se retira
absorbiendo el manjar de sus tinajas


   
 
66
 

Felices los misericordiosos


Felices los que aman a su hermano
y ejercitan su fiel misericordia
y en clara compasión con sus heridas
cobijan al que siente su derrota
feliz el que sufriendo su miseria
se vuelca en la piedad hacia el que llora
animando a vivir en la esperanza
y a lograr construir la nueva historia
feliz el que apacigua la tormenta
y regala frutales de su gloria
quien da el pan en el hambre de la noche
y el agua en los ardores que sofocan

bendito el corazón del compasivo
que escucha las dolencias que empañaron
silenciosas las horas del enfermo
que clamaba en su cruz desconsolado
feliz el que viviendo en propia carne
las angustias del prójimo en su escarnio
redimió su dolor con la palabra
el consejo y la paz en su quebranto
el que supo acercarse hasta los muros
del hombre que padece encarcelado
llevando la certeza del amor

 
67
 


que alivia la prisión y enjuga el llanto

el Señor en su gran misericordia
nos dio la redención en duro leño
y nos pide vivir la propia cruz
que redime la sombra de este suelo
quien se apiada del prójimo que sangra
y busca algún descanso en su sendero
tendrá su recompensa en el amor
y el perdón del Señor que está en los cielos
feliz el que encendió misericordia
en horas de naufragio en un velero
y feliz quien anuncia amaneceres
donde el sol avecina sus destellos


   
 
68
 

Felices los que lloran


El Señor se dirige a los que lloran
prometiendo la fuerza del consuelo
sabiendo que las lágrimas acallan
y la gracia aligera los desvelos
quien llora se descubre entristecido
y envuelto en avatares que surgieron
y lo impulsa a vivir en la esperanza
el amor con que Dios mora en su seno
las lágrimas amargas de la tierra
son anuncios de cánticos de cielo
y logran la pureza de las almas
que aguardan en el llanto al mensajero

el camino del hombre en esta tierra
se estremece ante espinas y quebradas
que provocan estar en la impotencia
de encontrar los deseos que descansan
y en el duro fragor de vendavales
luchando por ganar voces del alma
se produce un dolor ensangrentado
que impide el regocijo en la posada
y en la cúspide asida al sufrimiento
enclavado en la cruz que nos desangra
surgirá aquel cantar del tiempo nuevo

 
69
 


que anuncia el andador de la confianza

es feliz el que llora mansamente
sometiéndose a Dios en la pobreza
porque sufre consciente que el dolor
es precio de la vida que se espera
y el llanto nos hermana entre los hombres
provocando raíces de pureza
en la diaria labor del hombre nuevo
que aspira a renacer en la sorpresa
de advertir que sus ojos inundados
produjeron senderos de paciencia
y conducen al tiempo del consuelo
donde el Padre cobija en su clemencia


   
 
70
 

Felices los pacientes


Felices los que saben aguardar
enunciando gemidos de paciencia
los que advierten que el tiempo de los hombres
no es el tiempo de Dios en esta tierra
y concluyen sus planes cuando surgen
los destellos del plan que está en la diestra
del Señor que conduce nuestra vida
a la senda de paz de su presciencia
la voz de los pacientes se acrisola
añorando aquel tiempo de la siega
donde surge madura certidumbre
de que el hombre ha vencido en la carrera

el andar de los hombres se asemeja
a la vida del niño en las entrañas
de la madre que vela por su hijo
ignorando la hora en la esperanza
donde aguarda el precioso alumbramiento
en que el niño reclame su posada
y el festivo misterio del que nace
bendice aquellas horas de nostalgias
porque fueron sostén que permitieron
irradiar tanta vida en la templanza
donde sólo el Señor en su sapiencia

 
71
 


brindará una alborada con su danza

felices los pacientes que nutrieron
sus alforjas con luces que imaginan
sin forzar esa hora señalada
donde mueren las voces de la espina
felices porque al fin de sus afanes
heredan esa tierra prometida
al que sabe batirse en el combate
con las armas de paz mientras camina
pues espera paciente en la tormenta
y hallará la promesa ya cumplida
del descanso en la paz de esa mirada
que es premio del amor en la partida


   
 
72
 

Felices los que tienen hambre y sed de justicia


Agraciado es el hambre de justicia
y la sed de vivir en plena gracia
que es amor que enardece la conciencia
y respuesta al Señor que nos creara
la justicia se nutre en santidad
venciendo los escollos de la estancia
donde el hombre habitando su entramado
derrumba los obstáculos que avanzan
y creciendo en las luces que alimenta
gime el hambre y la sed en su nostalgia
y al comer y beber total primicia
persevera buscando lo que sacia

supremo el ideal del pan de vida
que nos da el alimento que perdura
cual maná de la tierra sin fronteras
en la carne de Dios que nos acuna
ese pan y ese vino consagrados
aplacan esa sed en la espesura
y colman en el valle de los pobres
el hambre de beber aires de altura
en que el rostro del Padre ha de calmar
el deseo infinito en su premura
el hambre del Señor nos da el sostén

 
73
 


y la sed de su amor el agua pura

en el hambre y la sed de la justicia
se resume el andar de este desierto
que pronuncia palabras sin respuesta
y permite escuchar humilde cuenco
que es caudal de la gracia que redime
y derrama la fuerza en mis anhelos
de encontrarme fundido en ese cuerpo
de Jesús el sublime bebedero
y en su voz su palabra y su persona
el Señor va apagando mi lamento


   
 
74
 

Felices los limpios de corazón


Felices los que viven la pureza
que libra el corazón de mezquindades
encontrando el tesoro y su secreto
en la recta intención de sus afanes
el que busca anidar en el servicio
desligando su amor de vanidades
despojado de herrumbre que corroe
y abrevando en los puros manantiales
desechando la senda que es inhóspita
y buscando el descanso en los brocales
donde el agua de Dios se manifiesta
a los ojos que puros lo reclamen

la pureza del hombre se asemeja
al mismo creador que en esa estampa
ilumina con ojos de ternura
y apacienta en su seno con su braza
el hijo que se encuentra con su Padre
necesita escucharlo en su mirada
y al crecer la pureza de su vida
logra ver al Señor que lo restaura
y extasiado en la fuerza de su dueño
va gozando caudales de esperanza
sabiendo que afincado en sus destellos

 
75
 


en la eterna visión no habrá mudanza

felices los que aman la armonía
nacida en la pureza de su hora
y pueden entregar a sus hermanos
el fruto que se expresa en la concordia
pues el hombre que crece sabiamente
construye la hermandad que lo apasiona
surgida del mandato del maestro
y respuesta que surge en su memoria
de quien lucha blandiendo aquella espada
que permite soñar ardiente rosa
y nos llama a ser fuego que en sus brasas
enciende con fervor de aquella glosa
que entrelaza con júbilo las manos
logrando en la unidad la ansiada joya


   
 
76
 

Felices los pacíficos


Llamados a vivir la paz del alma
son los hijos de Dios que le obedecen
instrumentos que anuncian la belleza
al gozar una paz que no se vende
y la ofrece con ansias inefables
quien la eleva en el aire que no muere
arriesgando sus horas en su canto
y plasmando su fuerza que detiene
iracundos y rudos enemigos
que intentan destruir la luz que emerge
el pacífico busca que su cántaro
derrame su licor hasta las heces

el hombre que ha crecido en ese espacio
se allega a redimir hondos rencores
y busca embellecer esos momentos
que permitan crear las ilusiones
del amor fraternal que regocija
y sirve a los que lloran sus temores
impregnando en la paz esa vertiente
que intenta recrear en sus mojones
la senda de la mística unidad
que nace en esa paz que vive el hombre
recibiendo el anuncio de que es hijo

 
77
 


del Señor cuya voz cambió su nombre

Dios es paz y pronuncia su misterio
y el pacífico busca proclamarlo
brindándose a servir a quien sufriera
la violencia en el monte o en el llano
derramando su amor hasta la sangre
por beber la conquista que ha logrado
al gestar la amistad reconciliada
de quien tuvo rencores con su hermano
es el Padre dador de toda gracia
quien suplica a mi puerta con su mano
que derrame el regalo de la paz
y reciba el calor del Hijo amado


   
 
78
 

Felices cuando sean perseguidos calumniados a causa de mí


Felices cuando el mundo los insulte
despreciando palabras de profeta
cuando vean que anuncian la alborada
sin temer las intrigas que se acercan
cuando habiten humilde hostal que ampara
sin el brillo que lucen las estrellas
felices cuando fueran perseguidos
al clamar por el pan de la pobreza
cuando anuncien verdades que conmueven
porque nunca perece lo que enseñan
y al postrarse en defensa del doliente
arriesgaron la suerte que se entrega

felices cuando sufran la calumnia
que es mentira arropada en la malicia
cuando escuchen la danza de la muerte
que se ufana en matar la sinfonía
y anunciando palabras inefables
los entreguen al fuego que calcina
porque yo su maestro he sido herido
por injurias que hundieron sus espinas
en el frágil espacio de mi rostro
que encendió el entusiasmo por la vida
y murió salpicando aquella sangre

 
79
 


que restaña en los hombres toda herida

es la cruz privilegio del amigo
que se arriesga a morir en la estocada
por amor al Señor que me ha entregado
su amistad en la cruz aprisionada
soy testigo de Cristo que ha sufrido
y en audaz y profética palabra
ha buscado salvarme de aquel fuego
que es eterno flagelo que no pasa
yo bendigo al Señor y humilde entrego
las calumnias prisiones y mortajas
y hoy anuncio las luces que da el Verbo
cuando sé que podré beber la espada


   
 
80
 

Felices los que sean perseguidos por causa de la justicia


El reino de los cielos ha llegado
en las alas del Verbo y su mensaje
provocando la fe de los que escuchan
o el rechazo de Cristo en su cordaje
el reino que esparciera su semilla
convierte su misterio en un paisaje
donde llegan los hombres que esperaron
el frutal que el Mesías en su tarde
entregó en la palabra luminosa
sabiendo proclamarla por los aires
que encontrando nostalgias de su escucha
descubrieron oídos que se abren

pero el hombre creyente en la palabra
inundado de fuego y de entusiasmo
comienza a difundir esa justicia
que es el sello de Dios que ha restaurado
y al verter las palabras del maestro
comenzó a practicar lo contemplado
viviendo la justicia en su tarea
y amparando al obrero ajusticiado
y al querer implantar esa defensa
y vivir la justicia que ha soñado
comenzó a recibir persecuciones

 
81
 


y es el blanco de espadas y sarcasmos

el reino nos exige la violencia
de vivir obedientes al maestro
y sólo los violentos lo consiguen
cosechando los frutos del esfuerzo
como Cristo implantara su palabra
y vivió su martirio en alto fuego
asimismo el discípulo derrama
la sangre en las heridas del acero
por ser fiel al amigo que entrañable
le promete su sede en aquel reino
porque lucha hasta el fin de su carrera
y se inmola en la mesa del cordero


   
 
82
 

Laudes del amor misericordioso

Canto a la misericordia


Sublime misericordia
que has bajado desde el cielo
como regalo del Padre
emanado desde el Verbo
como primicia de amor
en la aridez del desierto
cual fragancia agazapada
en laderas del destierro
yo canto tus maravillas
en mi opúsculo discreto
cuando inundado en tu gracia
quiero decir lo que quiero
sin poder cantar tu gloria
que omnipotente festejo
soy el hijo de tu vida
y he renacido en tu seno
y al caer en duras redes
me levantaste en tu lienzo
excelsa misericordia
estrella que yo venero
compasiva con los hombres
que lloraron su despecho
tú respondes con ternura
a la voz de mi lamento

 
84
 


y revistes de sapiencia
la inocencia de mis versos
he vivido de tus pétalos
y he conocido aquel beso
con que tú me sedujiste
con la fuerza de un estreno
feliz el hijo que encuentra
tus caricias en su pecho
tu perdón en sus errores
y tu luz que enciende lentos
los pasos del que regresa
y escucha tu voz adentro
del alma donde tú habitas
generando tus consuelos
...
Dios es amor infinito
misericordia es el sello
que el pecador añoraba
por ver su glorioso lecho
amor misericordioso
es el amor que festejo
porque naciendo en alturas
llega hasta el hijo pequeño

 
85
 


yo necesito tu gracia
por la flaqueza que encierro


   
 
86
 

Jesús y los pecadores


El publicano Leví
brindó a Jesús un banquete
invitando a muchos hombres
que quisieran conocerle
y escuchar al nazareno
por vivir lo que él dijere
vinieron los publicanos
y pecadores que advierten
cuál fuera el trato ofrecido
por el Señor al que quiere
descubrir la senda estrecha
que el seguimiento requiere
escribas y fariseos
que allí se hicieron presentes
preguntaron a discípulos
del que allí soltó sus redes
por qué comía el maestro
con pecadores que agreden
su vida en crudos momentos
para provocar reveses
engañándose a sí mismos
y también a mucha gente
y el Señor en el silencio
escuchó los intereses

 
87
 


expuestos con clara envidia
por los que puros se creen
y respondió con firmeza
advirtiendo a sus oyentes
el hombre sano no busca
los remedios que merecen
los enfermos que visitan
al médico si padecen
en su cuerpo engangrenado
por miserias que aparecen
sepan que el hijo del hombre
busca sanar al que bebe
el remedio del enfermo
que desea rehacerse
no vino a salvar a justos
sino al pecador que cree
en la gracia del mesías
y en el perdón que él ofrece
no puede el hijo del hombre
salvar a quienes entienden
que sus méritos alcanzan
y su justicia se adquieren
que sólo basta su alforja

 
88
 


sin la gracia que enriquece
sólo Dios puede salvar
al pecador que se entregue
con humildad y dolor
al Señor que oye sus preces


   
 
89
 

Conversión de Zaqueo


El Señor que recorría
las aldeas y senderos
anunciando bendiciones
a quien se hiciera pequeño
y curando con poder
a ciegos pobres y enfermos
un día pasó muy cerca
de la casa de Zaqueo
y el publicano que oía
hablar mucho del maestro
enterado de aquel paso
corrió para poder verlo
y subió con entusiasmo
al árbol que vio su celo
Jesús pasó entre la gente
y elevó su vista al cielo
y allí se miró en los ojos
del publicano Zaqueo
baja pronto de ese árbol
dijo el Señor en su empeño
hoy debo habitar tu casa
y comer de tu brasero
Zaqueo bajó al instante
y aderezó aquel almuerzo

 
90
 


donde llegaba la vida
a renacer sus anhelos
jubiloso por la fiesta
de aquel inédito encuentro
criticaban los de afuera
la decisión que hubo puesto
en medio del episodio
a quien robara a despecho
y Jesús sólo responde
que vino a sanar enfermos
y no puede salvar justos
sino a quien busca su seno
extasiado en la mirada
de Jesús en cada gesto
le dijo al Señor muy firme
que comenzaba su intento
de convertirse a su Dios
y ayudar al forastero
dando mitad de sus bienes
a los pobres y pequeños
devolviendo al que ha robado
cuatro veces su dinero
y Jesús cuando escuchaba

 
91
 


le responde sin rodeos
hoy llegó la salvación
a la casa de Zaqueo
que supo entregar su vida
para hospedar al maestro
y hoy nacen sus ilusiones
al declararse converso


   
 
92
 

El buen Samaritano


Un hombre fue arremetido
por ladrones que buscaron
apoderarse de bienes
que en su alforja hubo llevado
y castigaron su cuerpo
con un rigor despiadado
arrojáronlo a una zanja
donde ocultaron su daño
y pasaron varios hombres
por el lugar indicado
sin que nadie se ocupara
del pobre desamparado
y apareció de repente
un jinete que montado
miró al hombre moribundo
que aguardaba algún atajo
y bajando prontamente
se propuso con sus brazos
alivianar el dolor
de aquel ser tan maltratado
el ángel desconocido
era un buen samaritano
que conmovido curó
al herido con su trato

 
93
 


poniéndole aceite y vino
donde era fuerte su llanto
y luego lo levantó
llevándolo hasta el descanso
que era su propia montura
tallada cual nuevo bálsamo
y lo llevó al hospedero
entregando dos denarios
para cuidar de su vida
vigilando su quebranto
y prometió que al volver
pagaría cualquier gasto
que le exigiera el enfermo
que allí se quedó postrado
el Señor nos ha pedido
profundo amor al hermano
y un cuidado singular
a quien sufre su desmayo
el mismo Jesús presenta
su rostro allí ensangrentado
en cada ser que padece
la desventura en su campo
y nos pide alivianar

 
94
 


el dolor que se ha posado
en la vida de algún hijo
que sufre golpes de látigo


   
 
95
 

La mujer pecadora


Jesús se alojaba un día
en casa de un fariseo
invitado con el grupo
de discípulos que fueron
a compartir la comida
que auguraba un gran encuentro
de pronto a la puerta llega
una mujer cuyo techo
no abrigaba aquella paz
que ofreciera tanto ensueño
era mujer pecadora
desprotegida en su pueblo
y arrepentida venía
a suplicar un derecho
lloró sus muchas miserias
sobre los pies del maestro
y secaba aquellas lágrimas
con lienzos de sus cabellos
besando lo que mojara
con harto arrepentimiento
sin mirar aquellos ojos
que increpaban sus deseos
el dueño de casa vio
la escena lleno de celos

 
96
 


y pensó que si era Dios
el divino mensajero
conocería la fibra
de la mujer de aquel suelo
que sólo ardía en saciarse
con gotas de algún veneno
Jesús que en su gran amor
conoció su pensamiento
le dirigió la palabra
que escuchara el fariseo
...
un poderoso señor
que prestaba su dinero
entregó un tanto del mismo
a dos hombres que pidieron
sendas partes del metal
para cubrir sus aprietos
y al cabo de muchos días
cuando ya venciera el tiempo
con humildad confesaron
que continuaba el apremio
y el dueño de la fortuna
perdonó todo el dinero

 
97
 


y a quien diera mucho más
le dio su perdón primero
y al segundo en ese trance
también regaló ese gesto
quién de los dos amó más
a quien libró del arresto
fue la pregunta que hiciera
el Señor al fariseo
seguro que a aquél que fuera
perdonado en más dinero
y Jesús le dijo entonces
respondiste con acierto
y mirando a la mujer
le replicó al fariseo
vine a tu casa a comer
y no me diste al momento
el agua para mis pies
que ella lavó con su gesto
derramando aquellas lágrimas
que secó con sus cabellos
tú no me diste al llegar
como es costumbre aquel beso
y ella ha besado mis pies

 
98
 


amando en humilde gesto
tú no ungiste mi cabeza
como debieras hacerlo
y ella volcó su perfume
agradecida en su pecho
por eso es que sus pecados
y sus muchos desaciertos
merecieron el perdón
que Dios entrega en su huerto
porque mucho he perdonado
mucho amor mostró en su anhelo
de agradecer el regalo
de un segundo nacimiento
vete dijo a la mujer
no vivas más tiempos viejos


   
 
99
 

La vuelta del hijo pródigo


El hijo dejó la casa
soñando una nueva hora
y encontró muchos caminos
que prometieron lisonjas
apremiado por las ansias
de ver su propia corona
recorrió la dura senda
que le mostró que él ignora
las verdades que al beberlas
le encendieron tanta sombra
el hijo descubrió frágil
la música de sus notas
despilfarró su dinero
y esquilmó su vida corta
desesperó de su suerte
y buscó encontrar antorchas
que iluminasen el tiempo
por allegar a esa alforja
que lo nutriera del pan
y el agua en su misma copa
y en clara desesperanza
aparcó en una casona
donde encontró con esfuerzo
un trabajo que sofoca

 
100
 


y es tarea mercenaria
cual espacio sin lisonjas
donde el hambre no moría
y la sed nació en su boca

una voz encendió allí
el pasado en su memoria
y pensó en aquel regreso
donde el hambre allí se ignora
y la sed no puede hundir
su cuerpo en triste parodia
y resuelto decidió
revivir su propia historia
y guarecerse en su casa
humillándose en la forma
que el padre se lo indicara
para lavar su derrota
y de lejos caminando
perdido en su propia glosa
vio en el diáfano horizonte
su casa cual viva joya
y luego de contemplarla
gimiendo en gritos de poda

 
101
 


descubrió que el mismo padre
entrado en años se asoma
para estrecharlo en su seno
y dar aliento a su copa
el encuentro fue inefable
sin palabras que deforman
sino en lágrimas vivientes
que bautizaron su ropa
el padre le dio el anillo
que él mismo al hijo coloca
y le prometió una fiesta
adornada con la rosa
que es amor indeclinable
y es respuesta que provoca
reminiscencias de ayer
cuando el hoy dicta su hora


   
 
102
 

La oveja perdida


El pastor y su rebaño
padecieron sufrimientos
por esa oveja perdida
que clamara por su estero
y el pastor al descubrir
en la majada el lamento
comenzó a buscar sin pausa
a la oveja en su destierro
y al cabo de mucho tiempo
sollozando humilde gesto
encontró en una emboscada
a la oveja sin aliento
la puso sobre sus hombros
y la llevó a su vivero
donde curó sus heridas
y amaneció un tiempo nuevo
así el Padre ama a sus hijos
que sufren horas de fuego
él se abaja hasta el herido
y lo levanta del suelo
lo llena de amor sagrado
y lo devuelve al sendero
donde encuentra su rebaño
que llorara su desierto

 
103
 


la clara misericordia
de Jesús el nazareno
no le pregunta al que sufre
por qué arriesgara su techo
simplemente lo recibe
con hondo gozo paterno
por encontrar esa oveja
que sanó su cuerpo enfermo
y revivió de su muerte
iniciando un hondo vuelo
y al volver hasta su casa
lleno de amor en su celo
el pastor alimentaba
el gusto de aquel esfuerzo
compartió con sus amigos
la alegría del encuentro
diciéndoles que habrá fiesta
mucho mayor en el cielo
por un pecador que vuelve
a su propio vertedero
que por muchos otros justos
que desconocen su apremio
creyéndose sin pecado

 
104
 


por propio merecimiento
sólo nace la justicia
en el hombre jornalero
que conoce su pobreza
y renace al hombre nuevo


   
 
105
 

La mujer adúltera


Estando el Señor un día
en el templo donde hablaba
escribas y fariseos
queriendo armar una trampa
le trajeron con violencia
una mujer que encontraran
cometiendo un adulterio
y en su pueblo era expoliada
le pidieron a Jesús
que enunciara su palabra
pues las leyes de Moisés
mandan que fuera apedreada
y juntos están allí
para esgrimir la estocada
el Señor al escucharlos
vio que la mujer lloraba
y comenzó con el dedo
a escribir mientras callaba
alguna letra en el suelo
que nadie la deletreaba
y preguntaron urgiendo
qué respuesta les brindaba
Jesús levantó los ojos
y respondió en su mirada

 
106
 


aquél que esté sin pecado
comience a darle pedradas
y volvió a escribir el suelo
con el dedo de su palma
y aquellos acusadores
con ánimo de venganza
comenzaron a alejarse
de aquel sitio y de su drama
los más viejos fueron pronto
quienes primeros dejaban
aquel juicio tendencioso
donde a Jesús contemplaban
impávidos al saber
la fuerza de su palabra
y mirando a la mujer
Jesús en esa portada
le preguntó si hubo alguno
alguien que la condenara
y al negar que lo quisieran
con sus manos mutilarla
le dijo el Señor no temas
por mí no estás condenada
ya no quieras pecar más

 
107
 


tu vida es tierra preciada


   
 
108
 

Amor a los enemigos


Dijo el Señor proclamando
su amor misericordioso
que nosotros como él mismo
imitaremos sus ojos
comunicando el perdón
a quien cercene su rostro
amen a sus enemigos
dijo Jesús en el colmo
del amor que se hace llama
y astillas al duro tronco
hagan el bien a los hombres
que los llenaron de odio
al que maldice bendigan
y al que difama en el foro
respondan con la oración
donde Dios enseña todo
al que te pegue en el rostro
ofrece tu amor con gozo
y entrega la otra mejilla
en ese trance doloso
y si alguien te quita el manto
en su furia presuroso
dale también esa túnica
sin volverte rencoroso

 
109
 


a quien te pida no niegues
lo que busca en su reposo
y a quien tome de lo tuyo
no reclames su retorno
la mansedumbre y paciencia
vencen al hombre más torvo
hagan siempre a los demás
lo que esperan de los otros
si aman sólo a quien los ama
no existe un gesto gracioso
pues los mismos pecadores
enhebran ese coloquio
y si prestan esperando
la devolución del oro
hacen lo mismo también
que el pecador en su escollo
amen al propio enemigo
y presten con vivo asombro
como el Padre celestial
perdona al hombre y su entorno
hagan el bien y no esperen
recompensas del tesoro
que es el préstamo entregado

 
110
 


a quien busca pretensioso
y entonces la recompensa
será grande para todos
y ustedes serán llamados
hijos del Padre amoroso
que es bueno en todo momento
con buenos y malos todos


   
 
111
 

Misericordia para juzgar


Ejerciten la piedad
con suma misericordia
como el Padre abre sus brazos
a quien sangra en su derrota
no juzguen a los demás
y no juzgaran sus horas
no condenen a su hermano
y llenarán sus alforjas
del amor que los perdona
y en ese perdón se goza
den mucho y se les dará
mucho más de lo que donan
y la medida que entreguen
bien será usada en su copa
acaso puede algún ciego
conducir hasta su choza
a otro ciego que padece
sin poder vivir su historia
ambos caerán en el pozo
donde muere la memoria
el discípulo que aprende
no entona mejor sus notas
que el maestro que en su ciencia
al discípulo desborda

 
112
 


por qué miras esa paja
de tu hermano que te enoja
y no adviertes esa viga
crecida en tu propia alforja
saca primero tu viga
ejercitando una poda
y entonces verás muy claro
cómo sanar lo que aflora
en el ojo de tu hermano
que es paja que lo sofoca


   
 
113
 

La corrección fraterna


Si tu hermano ha cometido
en su vida algún pecado
que desintegra sus horas
y entristece a sus hermanos
corrígelo con amor
que es fruto del árbol sano
rescatarlo en su desgracia
recobrando su descanso
tú al mirar cualquier maldad
corrige al hombre en privado
y si escucha tu consejo
habrás logrado sanarlo
si no escucha tu palabra
busca entre varios hermanos
dos o tres que estén dispuestos
a salvarlo del naufragio
y ellos serán los testigos
que den cuenta de su cambio
si se esconde en ese tiempo
y renegara escucharlos
dilo a la comunidad
que lo exhorte en esos pasos
su postura reticente
le impide vivir su canto

 
114
 


y Jesús dijo a los suyos
aquéllos que hubo llamado
lo que ustedes en la tierra
con mi poder desataron
quedará en el cielo eterno
en el hombre restaurado
y lo que aten en el suelo
con certeza en este vado
será también en el cielo
para siempre amordazado
pues el hombre en libertad
acoge el bien en sus pasos
y si rechaza al maestro
quedará en su propio fango


   
 
115
 

La dracma perdida


Una mujer que tenía
diez dracmas en su posada
al perder una de ellas
padeció lo que extraviara
y le dolía la suerte
de la moneda soñada
y resolvió con firmeza
recobrar lo que admirara
cual recuerdo que en su vida
fuera moneda preciada
y también era afligida
porque el dinero faltara
para aliviar sus carencias
y vivir asegurada
y se dispuso a barrer
con denuedo aquella casa
recogiendo en los rincones
todo lo que allí encontrara
y entre el polvo y miniaturas
que en el piso se estrecharan
al barrer prolijamente
encontró lo que buscaba
y corriendo a los vecinos
teniendo en mano la dracma

 
116
 


invitó a que compartieran
la alegría restaurada
y volvió con pleno gozo
a guardar la perla hallada
que alentó en su pesadumbre
a quien la joya guardara
y así nos dice el Señor
son los ángeles que aclaman
por un pecador que vuelve
al pórtico de su casa
a estrecharse con su Padre
en la sublime alabanza


   
 
117
 

Canto a la alabanza de Jesús


En una alumbrada tarde
donde el Señor proclamaba
los secretos de su Padre
al hombre que lo escuchara
estremecido de gozo
y movido en sus entrañas
por las voces del Espíritu
que a Jesús lo transportaba
reflejó su pensamiento
en inefable palabra
que naciera de lo íntimo
de su amor y de su llama

Te alabo Padre en la tierra
como en el cielo te alaban
cual Señor de tantos mundos
que te escuchan en tu zarza
te alabo porque ocultando
tu magnífica enseñanza
a los prudentes y sabios
que en tu casa no descansan
la revelaste a tus pobres
y pequeños que en su alma
dando cabida a tu Verbo

 
118
 


sus tiempos regocijaran

sí Padre porque has querido
llenar la copa que clama
por el vino de tu mesa
y el canto de tu palabra
solamente aquél que es pobre
y descubrió tus entrañas
puede escuchar y extasiarse
en la vida que tú exhalas

todo me ha sido confiado
por el Padre que me ama
y nadie conoce al Hijo
sino el Padre que me exalta
y nadie conoce al Padre
sino el Hijo de su entraña
y aquel hombre a quien el Hijo
tal misterio revelara
vengan a mí los que lloran
y yo aliviaré su carga
tomen mi yugo y aprendan
mi paciencia inalterada

 
119
 


mi humildad de corazón
pues hallarán la mirada
de mi Padre en su candor
y del Hijo que reclama
sólo la fe en el misterio
donde el pequeño descansa
porque mi yugo es muy suave
y yo alivio toda carga

luego miró a sus discípulos
y les dijo en voz muy clara
feliz el ojo que ve
lo que escucha su mirada
muchos profetas y reyes
quisieron en su añoranza
ver lo que ustedes perciben
y escuchar esta palabra
y no pudieron mirar
ni escuchar en su nostalgia
la voz del Hijo que encierra
el camino que restaña
sean benditos los oídos
de los pobres que me aguardan

 
120
 


y gloria al Padre en su seno
que engendra al Hijo que salva


   
 
121
 

Señora


El Hijo trajo a los hombres
la excelsa misericordia
que el Padre le encomendara
para sanar nuestra historia
y al cumplir con la misión
y encendernos una antorcha
se hizo niño en aquel seno
que purísimo y sin sombras
fue el pesebre más preciado
y el vergel que dio su rosa
en el cuerpo de María
donde el niño allí reposa

feliz la Madre de Dios
cuyos planes él desborda
feliz la que siempre amó
apasionada en sus horas
al eterno que eligiera
a su amada que lo implora
como la esclava de amor
dispuesta a beber su copa
y esa Madre fue el canal
donde Dios mostró su gloria
regalando en cada gracia

 
122
 


sublime misericordia

bendita Madre de Dios
y de los hombres que lloran
con lágrimas de alegría
al contemplarte Señora
soberana en tu poder
y humilde sierva que gozas
los amores de tu Dios
que en ti nos legó su joya


   
 
123
 

(Lc 10,21)


"Yo te alabo, Padre,
Señor del cielo y de la tierra"


   
 
124
 

La pasión de nuestro señor Jesucristo

(Mt 26 y 27)


"Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo...."


   
 
126
 

Introito


He de escribir con lágrimas
estos versos que anuncian el misterio
de tu pasión sagrada
que logró mi sublime nacimiento
de tus heridas crueles
que lavaron mi vida en sus arpegios
de tu rostro purísimo
que muere ensangrentado en duro leño
de tu mirada noble
que escucha los latidos de mi pecho
de tus manos clavadas
para ser el sostén del pordiosero
de tus pies lacerados
que concluyen su tiempo prisioneros
por aquella estocada
que atraviesa el amor justo en su centro
por tu entrega que ofrece
adorar a tu Padre de los cielos
y ganar a los hombres
la eterna redención sin un lamento


   
 
127
 

La agonía en el huerto


Oh Señor que sediento de un bautismo
fuiste al monte que viera tu agonía
y en vigilia sufriste aquellas horas
en aras del suplicio y la partida
extasiado en las voces de tu Padre
que en su llanto tu pecho humedecía
y que quiso tu carne desangrada
por salvar a los hijos que gemían
le pediste que él mismo te librara
de ese cáliz que frágil padecías
y elegiste vivir aquel designio
en sudores de sangre que vertías
sufriste tu estertor anticipado
y aquel drama sangriento que veías
y aceptaste morar en el silencio
cuando todo tu ser colmó su herida
con potente clamor miraste al cielo
y entregaste tu amor hasta la sima


   
 
128
 

La flagelación


Flagelaron tu cuerpo los esbirros
esgrimiendo aquel filo de su látigo
y golpearon tu canto enmudecido
que en injurias tu carne mutilaron
y rasgando tu piel hasta abismarme
tu rostro con furor abofetearon
cual si fueras injusto y mercenario
sin piedad sobre ti se abalanzaron
y fraguando en el odio tu inocencia
en la dura orfandad de tu quebranto
cual cordero llevado al exterminio
tu sangre en risotadas ensuciaron
ya tu aspecto de hombre diluían
y en feroces crueldades ultrajado
fuiste expuesto en tu llaga ante la turba
como el árbol que fuese desechado
sin poder sustraerte a aquel suplicio
porque el pueblo clamaba por tu daño
bebiste ese dolor de aquel flagelo
despreciado en la noche del fracaso
y tu amor que es más fuerte que la muerte
por la cruz me arropaba en tu regazo


   
 
129
 

Coronación de espinas


Fue la corona de la gloria
la que expresaba tu misterio y tu realeza
la que escondiste en este suelo
porque tu reino no es del mundo que te acecha
te despojaste ante mis ojos
de la sublime dignidad de tu grandeza
y te abajaste crucialmente
a compartir en todo tiempo mi pobreza
y en el final de tu camino
bebiste cruda humillación en tu cabeza
que coronada por espinas
fue el espectáculo que sórdido vivieras
tú te envolviste en rojo manto
que te expusiera a padecer sus asperezas
y renunciaste a que tu altura
manifestara su poder en esta tierra
y en esa sien ensangrentada
me señalaste que el amor te hizo su presa
por rescatarme del orgullo
y a caminar en la verdad me dispusiera
ya no es la honra de este mundo
ni los aplausos o el poder lo que yo quiera
sino el servicio del humilde
por quien se fragua la verdad de toda entrega


   
 
130
 

La vía del calvario


Condenado a la cruz que fue sudario
y ofreciendo tu cuerpo en esa siembra
recibiste Señor aquel madero
que llevaste en los surcos que se abrieran
y en silencio iniciaste peregrino
el canal donde el agua se desvela
conteniendo tus pies estremecidos
y callando al sufrir sin una queja
que extensa y empinada aquella cumbre
y débiles tus pasos por las grietas
que te hirieron en horas de desierto
con injurias flagelos y pedreas
soportaste el suplicio del sendero
y también las espinas que te anegan
y estertores cruciales en tu alma
al sentir que tu hora se deshecha
y tu amor luminoso en mi recinto
fuera echado al abismo que destierra
por quienes se mofaron de tus lágrimas
ignorando que allí sangraron piedras


   
 
131
 

Encuentro con María


Imposible Señor es contemplar
tu mirada en clamores de tu rostro
que inundado de amor se hubo cruzado
con tu madre observándote a los ojos
ella quiso sangrar con tu pasión
tus dolores tus lágrimas tu acoso
y sólo su figura te cimenta
cobijando tu ser que fue su todo
fuiste el hijo sublime de esa estrella
y ella fue la matriz en ese otoño
donde caen las hojas que se mueren
porque surge otra flor en ese tronco
María con la fuerza de tu gracia
sólo pudo mirarte en tu despojo
y abrigar las angustias de tu alma
al callar ese llanto entre cerrojos
animándote a dar toda tu sangre
con amor y postrándote de hinojos
ante el Padre que engendra tu existencia
y vivió su esplendor en tus escollos
tu santísima Madre arde en su pecho
y fue claro testigo con asombro
de un inmenso valor que fue probado
en el duro crisol que ardió su trono

 
132
 



oh María qué inmenso es tu misterio
que rechaza los vértigos del odio
oh Señor qué magnífica tu herencia
cuando buscas la cruz como reposo


   
 
133
 

El cireneo ayuda a Jesús


Cireneo que llegas
a los pies moribundos del que salva
abrazando el madero
que lo agobia en la cumbre de aquel drama
tú fuiste señalado
para dar un impulso que aliviara
del peso de ese leño
a quien quiso entregarte aquella carga
que abrió tu salvación
aunque no comprendieras esa trama
y en tu mente fabril
sólo fuiste capaz de ver su cara
ignorando el misterio
que en su vida forjara hasta entregarla
ayudaste a llevar
sigiloso el sendero cuya planta
fue elegida entre muchas
para ser aquel árbol que desplaza
el don paradisíaco
que los padres borraron con su mancha
tus brazos sin saberlo
pudieron someter esa mordaza
que al sufrir el pastor
al rebaño librara de sus llagas


   
 
134
 

La verónica enjuga el rostro de Jesús


El rostro de Jesús
transido de dolor por el rechazo
agrietaba sus venas
inundando en sudores su quebranto
y buscaron sus ojos
aquietarse en la cuna del descanso
y surgió la inocencia
de mística mirada en ese espacio
que bañada de luz
y enlutada en las perlas de su llanto
corrió hasta el nazareno
y enjugó su pañuelo despojado
que es belleza del Hijo
sediento en la vileza del sarcasmo
la verónica pudo
extasiarse en las voces de aquel ámbito
engolfando en su amor
el sudor y la sangre que brotaron
se sumió en el misterio
del pañuelo que allí fuera enjoyado
con el rostro de Dios
que en su muerte vivió recompensando
los gestos de piedad
y el amor compasivo que dio amparo

 
135
 


a quien llora su herida
encendiendo el fervor para su hermano


   
 
136
 

Encuentro con las piadosas mujeres de Jerusalén


Jesús se encuentra en el camino
con aquel grupo de mujeres que buscaron
alivianar con su presencia
al que anunciara una vertiente a sus hermanos
donde la gracia derramada
se confundiera con el hombre restaurado
donde una tierra y cielos nuevos
eran prodigios de esperanza entre sus manos
ellas vivieron sus fatigas
acongojadas por los tintes de ese cuadro
y lo escucharon fervorosas
cuando su luz iluminara aquel collado
al expresar con su palabra
no lloren más por las penurias de mi rastro
lloren gimiendo por ustedes
y por sus hijos que verán días amargos
pues si en el leño que está verde
arde aquel fuego que mutila su verano
que pasará cuando esa fuerza
busque encender la leña seca en cada ramo
ellas golpeándose en el pecho
a su Señor hasta el calvario acompañaron
siendo testigos elocuentes
de aquella fe que la palabra hubo tallado


   
 
137
 

Jesús cae tres veces


Benditas tus caídas
que en medio de las piedras padeciste
fidelidad heroica
que me invita a elevar lo que me aflige
tu paso en esa senda
resbala con frecuencia pues viviste
en tus hombros la cruz
cuyo peso clamaba por herirte
sin otra recompensa
que sangrar en la tierra lo que diste
tus diversas caídas
anuncian los obstáculos que viven
en su tierra los hombres
que en cada desventura se resisten
a seguir su horizonte
que sume en la crueldad y sus confines
y en profunda orfandad
recorren el camino y sus perfiles
dolorosa sorpresa
que no sabe sortear lo que percibe
y en humildes intentos
redobla el caminar aunque fatigue
oh benditas caídas
que mostrando su amor a los humildes

 
138
 


me impulsan a correr
resurgiendo del polvo aunque vacile


   
 
139
 

Jesús clavado en la cruz


Al concluir allá en el Gólgota
aquella vía dolorosa y desolada
con ambos leños construyeron
la dura sede de aquel trono que llorara
y despojando al Salvador
de aquel ropaje confundido con sus llagas
fue con crudeza tironeado
hasta poder en esa cruz anclar su espalda
y atravesaron con sus hierros
los pies y manos que los clavos mutilaran
hasta beber todo aquel cáliz
sin proferir alguna queja entre esas llamas
y abruptamente levantaron
junto al madero aquella víctima sin mancha
y en aquel suelo de su muerte
en brusco gesto y con furor mostraron saña
sólo quien sienta esos despojos
puede entender aquella escena consumada
donde se abraza en un madero
quien ha venido a derrotar lo que me daña


   
 
140
 

La muerte de Jesús en la cruz


Era la hora del bautismo
donde Jesús nos entregara su mensaje
en los umbrales de aquel tiempo
de nueva alianza regalada por el Padre
y fue la gracia allí nacida
la que otorgara salvación a quienes nacen
Jesús clavado en el patíbulo
en una cruz testigo fiel de lo inefable
ardió en su pecho moribundo
y estremecido por la savia que renace
engendró el día del profeta
que ha de morir para engendrar en propia sangre
y le otorgó misericordia
al buen ladrón que fue juzgado por culpable
dio su perdón a los verdugos
que maceraron con furor aquella carne
de quien sufriendo en su tormento
en bien del hombre produjera el nuevo cauce
donde el humilde peregrino
hubo encontrado la victoria invulnerable
y en el profundo desconsuelo
viendo el Señor al hombre mudo en esa tarde
con infinita compasión
dio en testamento aquella rosa de su Madre

 
141
 


para que fuera quien sanara
de la orfandad y esclavitud a quienes llamen
su corazón que atravesado
fuera la puerta que los hijos entreabren
y contemplando en el silencio
esa gloriosa redención que abrió su llave
clamó con voz agradecida
por consumar aquel designio de su Padre
a quien le dijo filialmente
hoy en tus manos la esperanza ve su anclaje
y al expirar en ese tramo
su amor supremo traspasado en esa tarde
lavó mi vida en la vertiente
que diera el agua con las gotas de su sangre

quedó la tierra consternada
y hoy se estremece en los acordes de mi nave


   
 
142
 

Jesús es puesto en brazos de su Madre


Bajaron los despojos
del Hijo que en la cruz vivió su muerte
y estalló un gran silencio
al surgir esa Madre que no teme
y alberga en su regazo
aquel cuerpo sagrado pero inerte
cobijando en su alma
el clamor convertido en nuevas preces
dirigidas al Padre
por los hijos que nacen cuando emerge
el mesías que vino
a salvar a los hombres de otra muerte
María en su orfandad
apremiando al espíritu en su vértice
en su inmenso dolor
con firmeza esperaba la simiente
transformada en espiga
recreada en la cumbre de las mieses
cuando el sol se apagara
ingresando su luz en los dinteles
de la noche que ensaya
revivir en fulgores que promete
la estrella luminosa
que regala esa voz que no perece


   
 
143
 

Sepultura de Jesús


Él vino a darnos una vida
que renaciera con el triunfo de su muerte
y ha padecido como hombre
aquel tributo que entregara sus mercedes
él anunció que era el camino
y era la vida y la verdad que nos enciende
él nos amó en la compasión
que le exigió en la muchedumbre detenerse
y en el final de aquella cumbre
quiso beber tanta crueldad hasta las heces
pues al morir en ese cuerpo
pudo salvarme del desierto que estremece
y colocado en un sepulcro
que resguardara aquella víctima en su fuente
entre los cielos y la tierra
se oyó la sombra desbordando su torrente
para embarcar en su misterio
a todo el hombre que por fin allí se yergue

quedó el sepulcro tan sellado
como los labios de aquel pálido inocente
pero en el alba estremecida
un Jardinero que no entienden aparece
que restaurando otro jardín

 
144
 


abre las puertas de los cielos para siempre
y el estupor es el testigo
de aquel sepulcro que vacío es la vertiente


   
 
145
 

(Jn 17,1-6.14-19)


"...Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad"


   
 
146
 

Resurrección


Cuando la muerte fue anunciada
y sepultado aquel Señor que dio su vida
pasaron horas de infortunio
quienes bebieron con Jesús tanta primicia
y en la esperanza pernoctaban
hasta cumplirse aquel misterio que intuían
y un resplandor se perfilaba
junto a la tumba en que los ángeles ardían
por el deseo de alumbrar
que aquel Señor venció la muerte inmerecida
resucitando de las sombras
y retornando la salud que prometía
él conquistaba con su triunfo
a los discípulos que en él se recogían
y a todo hombre que quisiera
regocijarse en la belleza que surgía
cuando el Dioshombre en esa aurora
hizo beber la magnitud que en él latía
rompiendo lanzas con la muerte
y transmitiendo en sus fulgores las delicias
de redimir en una cruz
y completar el estallido en nueva vida


   
 
147
 

Audacia


Canto a mi Padre que en la gloria
eternamente mi existencia concebía
y en su infinito pensamiento
ardía la sombra de su luz que encandecía
él me miraba en su ternura
y con su diestra acariciaba mi fatiga
que en una tarde de mi tiempo
apareciera con las coplas de su brisa
y desde siempre en sus entrañas
he palpitado su mirada en mi pupila
y he cobijado aquel misterio
de tanto amor que en mi figura se mecía
no pude verlo como fuera
pero yo sé que mi presencia apetecía
y fui llamado en su designio
y preparada la misión que él pretendía
la misteriosa comunión
que con el Padre desde siempre fue vivida
pasó por siglos de silencio
hasta que yo pude beber mi propio día
y ya en el aire de la gracia
me hizo consciente de la paz que entretejida
en los jalones de la tierra
fue aquella paz que en mis sentidos florecía

 
148
 


por ser el hijo que en el Hijo
pudo clamar por el Espíritu encendida
tú eres mi Padre soberano
el Abbá fiel que me estrechara con su vida
he sido el hijo más pequeño
para poder introducirme en esa herida
que hubo nacido por amor
como alimento que el pelícano encendía
porque la sangre de mi Padre
se fusionaba con la sangre que es la mía
el Padre y yo ya somos uno
en aquel Verbo que esmaltaba lo que hacía
y me llevó con su palabra
hasta beber la voz del Padre que hoy es mía

Canto a mi Dios en estas letras
que sólo saben ofrecer agradecidas
suprema gloria y alabanza
a quien su sangre entró en mi cuerpo que nacía


   
 
149