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He recorrido los inviernos


Yo he recorrido los inviernos
donde abundaron los secretos de las almas
que han dado vida en su silencio
a multitud de enracimadas esmeraldas
he conocido aquel momento
donde naciera la pendiente que me salva
y he visto lánguidas cosechas
que no pudieron recitar su propia danza
quiero ser luz que me asemeje
a la melódica canción que entona el alba
quiero ser paz que se prodiga
en las frecuentes disensiones de la carpa
sé que la noche arroja el manto
por guarecer en tanto sueño al que se cansa
y en los rigores del verano
regala en brisas el frescor que da la pausa
oh tarde bella la que se abre
por evocar la plenitud de la jornada
y embellecer el firmamento
con arreboles y preludios de tu calma
que se origina en tu sapiencia
y en el clamar de tu candor y sus pisadas


   
 
1
 

Son los manojos


Son los manojos de mis cántaros
los que deben vaciarse cada día
para llenar su cuenco
con el agua que densa
produce en tierra fértil maravillas de oro
conduce hacia la fuente rebaños que suspiran
y alimenta a las aves que entonan sus plegarias
el agua es pura fiesta
que el sediento palpita en el deseo
y el enfermo reclama
ansiando revivir de su naufragio
mis cántaros repletos
son capaces de darse a borbotones
en la dura sequía
en el llanto que clama por consuelo
y en savia solidaria que permite a los árboles
alcanzar majestuosa su honda altura
y también palpitante
se desliza en la sima del abismo


   
 
2
 

Romance del mar encendido


El mar encendió sus olas
en medio de la tormenta
y el viento bajó sus voces
resuelto a cuidar mi huerta
quise aparcar en la estrofa
que recite mi proeza
y pude entonar las notas
que expresaron mi sorpresa
viendo el calor que ha mordido
con su fuego mi pradera
germinando en la semilla
que aguarda la sementera
vivo elogiando horizontes
geniales de aquel poeta
que germina como el agua
buscando la tierra seca
que fértil habrá logrado
con su riego mi cosecha
siento el cantar de la bruma
cuando termina la siega
busco almacenar el fruto
que surgiera de la siembra
quiero borrar los anales
que tiempos duros recuerdan

 
3
 


y ansío escribir estampas
que alegoricen mi fiesta
que cierto habré de vivir
fuego del tiempo que gesta
surcos benditos que tejen
plantaciones que detentan
todo el fervor de la vida
y el humor de una amplia mesa


   
 
4
 

He querido morar


He querido habitar tiempos de selva
donde moran temibles alimañas
que pueblan el recinto de los árboles
como parte del antro de la fauna
y he buscado en cipreses esa flecha
que erige su bastión en tierras altas
diseñando en el suelo aquella alfombra
esmaltada con hojas de sus plantas
he buscado la sombra de sus copas
y he escuchado en la alondra lo que canta
recorriendo la selva interminable
con panales y abejas en labranza
he comido la fruta de sus árboles
y anhelado volar hasta las palmas
que en altura provocan el descanso
y descansan mirando lo que sanan
la selva el escondite que cobija
intrépidos acordes de las almas
y descanso vital del caminante
que repara en gorjeos lo que enclava


   
 
5
 

Hoy escuché voces


Hoy escuché voces del arpa
que en melódicas cuerdas ensayaron
invitando a palpar contemplaciones
envolviendo mi ser en esa música
y añorando recuerdos anclados en mi pecho
en líricos espacios de mis versos
de ambientes repentinos que emergen
de nevadas ocultas en vértices del canto
el sonido del arpa
me condujo a escuchar el pasado remoto
y a bucear en la lluvia
de hoy
instrumento feliz
que vibra con los vientos
soledoso paisaje
que aflora en los acordes
que ofrecen su concierto majestuoso
y tejen una historia ya perdida
con el hoy de mi vida
que me impulsa a encontrar la fusión de los tiempos
y a enraizar en mi pecho
la imponente certeza
del Ideal que llega


   
 
6
 

La noche se despierta


Sé que la noche se despierta
cuando irrumpieron las estrellas rutilantes
y aparecía la luciérnaga
queriendo darme aquella luz que ardió en mi valle
sé que la noche me convida
a socorrer la densidad que hay en su estanque
y me revela en su misterio
que me acostumbre a caminar en su follaje
pues en la búsqueda sin pausa
surgen esbeltas luminarias en los aires
que me responden en silencio
ante el clamor por ver reflejos en mis calles
no sólo es luz la que me alumbra
sino el manojo musical de las verdades
lo que me entrega su sapiencia
que es el candil más apreciado en mis anales
y ya la noche no es oscura
cuando en su cima el Ideal ancló su nave
para irradiar del sol naciente
esa bondad y esa belleza que él esparce


   
 
7
 

La perla preciosa


La perla que me fue dada
exige su tiempo en vela
para proteger su brillo
y cuidar de su pureza
ella nace sin saberlo
escondida en una celda
y va creciendo hasta el día
en que un hombre allí la encuentra
es pobre en su pequeñez
y rica flor de mi huerta
no busca mostrar su estilo
y sólo acude a la fiesta
de quien quiere arrebatarla
del silencio que amedrenta
para poder enseñarla
al experto en esa tela
sabiendo que ha de velar
en su frágil carretera
para no quebrar su piel
ni rechazar su silueta
que al ser tan pequeña y débil
mucho trabajo le espera
contemplarla sin llorar
la muerte que ella exigiera

 
8
 


porque nació para dar
la vida en su propia cuesta


   
 
9
 

Oigo la luz del sol


Oigo la luz del sol que abre sus puertas
invitando a engendrar haces de gloria
en inédito campo que apetece
iluminar caminos que retornan
vi que el amanecer salió triunfante
y resuelto en los rayos de su gloria
a entregar plenitud al hombre manso
y alumbrar los misterios que se ignoran
supe del caminar de la tormenta
que en sus nubes y ráfagas explora
por saldar en su poda el ramo seco
y aliviar al plantío de la escoria
la misma creación se purifica
en canales que allegan la concordia
cuando toda arboleda se reencuentra
con prístino vigor en nueva hora
y ensamblado el momento de la siembra
con la tierra que fértil se lo implora
sólo aspira aquel sol de la mañana
que calidece el tiempo y su memoria


   
 
10
 

No pude anclar


No pude anclar mi pensamiento
a la orilla del mar
o en algún puerto cercano
pues esbelto surgía con alas desplegadas
el misterio
hacia el mismo horizonte que atrapaba sus ojos
hacia el claro sendero del trabajo fabril
y buscaba crear algún paisaje
o indagar en la falda del peñasco
o danzar contemplando
geniales y melódicos compases
en las voces del viento y de los pájaros
en el crudo furor de la tormenta
y en la paz del ocaso y sus fronteras

voló mi pensamiento
que no pude atascarlo en su camino
y buscó sinfonía en un coloquio
y encontró la respuesta a preguntas inéditas
y encauzó la corriente de las aguas
señalando un destino
amparando en cruciales infortunios
y ofreciendo la paz que le dio su descanso

 
11
 


el misterio ahora abismalmente
vela
y continúa latiendo sobre el agua ignorada


   
 
12
 

A mi madre


Pesarosa y profunda aquella espera
que padece la madre ante su parto
celebrando la estrella del que nace
y llorando dolores en su pálpito
incierta en los momentos que se acercan
y segura del tiempo que ha llegado
que conmueve la fibra de su pecho
y es gracia del amor y don sagrado
con vivo y proverbial ardor gimiente
aguarda aquel instante inaugurado
donde el niño que aflora de su entraña
sólo ansía vivir en su regazo
y cual flor desplegada en el jardín
sabe regocijar a quien sus brazos
lo acunen en el nido de su pecho
y enciendan el calor que dan sus manos
por brindar al que surge de su seno
el amor hecho bálsamo y amparo


   
 
13
 

La sed de las palabras


He buscado abrevar en las palabras
de vocales grabadas en mi pecho
que han tejido en su breve reservorio
historias y carísimos recuerdos
conjugué los vocablos en poemas
texturados en sendas de mis versos
y supe descifrar su contenido
porque vi en lo profundo del secreto
el sendero que nace providente
y concluye entregando su misterio
es la vida y la muerte de aquel hombre
que nació para ver su derrotero
en la música escrita en su navío
y en las amplias arenas del desierto
en la pura verdad de su entramado
que es la infancia soñada en sus anhelos
y entendí que mi vida fue palabra
llamada a ser poema en que mis versos
disemina sus voces y su música
explayado en sencillo vertedero


   
 
14
 

A mi padre


Tú fuiste manantial de mis pisadas
y el sol que me alumbrara en plena noche
aquel fuerte sostén que dio a mi vida
enseñanzas coloquios y razones
tú fuiste aquel testigo que clamaste
por beber la figura de tu porte
y dejaste estallar desde tus manos
la bondad en la senda de tus dones
tú fuiste con tu imagen quien me diera
esa luz que encendiera mis fogones
para ver aquel rostro de Dios padre
en tu rostro nacido de sus odres
tú quisiste engendrar una familia
con la estrella mujer que fue tu norte
e impulsaste la vida de tus hijos
amparando en tu casa sus clamores
y al mirar el fervor de esa presencia
ellos alimentaron ilusiones
de imitar el ejemplo de tus ojos
y cantar con la fuerza de tus voces


   
 
15
 

La voz del sol


Sé que la voz del sol entona salmos
que en purísima luz han dado vida
a nocturnos cantares que padecen
una fuerte orfandad en su partida
el astro con sus notas siempre emerge
y no existe bastión para su brisa
capaz de oscurecer su plenitud
y opacar los laureles que convida
siempre vence su luz ante lo oscuro
y permite esculpir en mi retina
esculturas que enjoyan a mis ojos
y enaltecen las manos del artista
nunca puede el zorzal callar su canto
ni renuncia el león a su guarida
el orfebre no esconde su cincel
y su obra promete ser magnífica
el día desarrolla su periplo
y su marcha conduce a la alegría
pues él solo en sus odres siente el fuego
y al hombre en su misterio lo ilumina


   
 
16
 

He soñado...


He soñado con sendas siderales
que pudieran sumirme en algún astro
vadeando el infinito firmamento
y buscando un carril para mis pasos
no conozco el panel de la ventura
que prodiga en sus odres el espacio
pero sé que el misterio que lo inunda
traerá las respuestas en su tallo
y me entrego confiado en ese vértigo
que produce temores en mi casco
al saber que no logro adivinar
el futuro silente de mi barco
pero aspiro a encontrar el Ideal
que procura mi sed en este ocaso
y conquisto distancias que en su aliento
me anuncian manantiales en su cántaro
y al ver que al acercarme a los mojones
aumenta la distancia de mi hallazgo
recorro fervoroso y expectante
la senda que infinita abre sus brazos


   
 
17
 

Busco en mi prado


Busco en mi prado diseñar mis horas
en la espesura que se me propone
para encontrarme con el tiempo clave
en episodios que describe el hombre
sublime estirpe la del tiempo mío
que me reclama reavivar mis odres
en la esperanza que tejió el camino
y el amor puro que anidó en mi cofre
excelsa tarde que me entrega el astro
por fusionarme en las contemplaciones
de hermosas vides y frutal que enciende
mi propia sed al recorrer la noche
gozo en el alma por la paz que encierra
esa montaña que invadió mi norte
y me procura aquel sendero puro
que me depara lo que el viento esconde
quiero morar en la preciosa aldea
donde mi aljibe construyó el adobe
en que mi techo mereció guardarme
y resistir al vendaval salobre


   
 
18
 

Es el sendero


Es el sendero mi esperanza
y la esperanza busca hallar aquel sendero
que entre la aurora y el crepúsculo
ha de beber del trajinar que está en mi cuerpo
y en un descanso en la carrera
podrá vencer el desaliño de mi sueño
cuando a lo largo de mi campo
he padecido con la furia de los témpanos
corro feliz aunque ignorando
los matorrales que se encierran en mi huerto
porque aprendí que el hombre crece
cuando refugia su ilusión como el hachero
en esa fuerza de sus brazos
que le permite recrearse en su festejo
donde con seres de su estirpe
puede morar y compartir el mismo fuego
feliz quien canta hasta la audacia
aunque no sepa deletrear su cancionero
pero danzando con su canto
se hace capaz de descifrar su propio fuero


   
 
19
 

Quedo soñando



Quedo soñando el descanso
por hallar esa luz blanca
que los hombres me prometen
cuando crecen sus hazañas
sé que mi fuero es hostil
para guarecer las alas
celoso por la simiente
que se expone a las bandadas
quiero mitigar la noche
con balsámica tonada
nacida en el pecho virgen
que respira mi posada
quiero expresar que no puedo
arrebatar la estocada
que amenaza mis frutales
con lágrimas en su carpa
y en sencilla reciedumbre
buscando cuencos de plata
adivino aquel secreto
que mora en la voz que salva
en la fibra de aquel viaje
que en mi corazón descansa


   
 
20
 

Confiado


Confiado en la pureza de tu rostro
y en la viva fragancia de tu halo
en los bellos arpegios de tu voz
y en aquella certeza de tu paso
contemplé con mis ojos tu mirada
encendida en el fuego de un atajo
que en racimos de amor me regalaste
al buscarme en la falda de tu manto
y he querido morar en esa diestra
generosa que ofrece tu regazo
y he podido plasmar en mi retina
la hermosura que es joya de tu trazo
he querido morar en alto monte
por beber aquel agua de tu lago
y he sabido en las alas de tu viento
esparcir la belleza de tu canto
en esas coloquiales confidencias
de infinita bondad que hay en tu campo
donde luce la estrella de tu fiesta
envolviendo delicias en tu cántaro


   
 
21
 

Toda la tierra renace


Toda la tierra renace
cuando el sol brinda sus rayos
y el trinar de algún jilguero
remonta su ayer lejano
veo danzar las gaviotas
vestidas de lirio blanco
y da fuerza el hombre simple
a sus hermanos cansados
pensé morar en el bosque
que me extendiera su manto
llevando su fruto al pobre
y acariciando su llanto
quiero danzar con los vientos
que impulsan mi sueño alado
y así volar en los aires
que me tendieron su mano
veo el capullo crecido
y entre sus hojas soñando
para ser aquella rosa
que en el vergel se hace canto


   
 
22
 

Brotes de la tierra fértil


Brotes de la tierra fértil
son las plantas del mañana
que lucen por ser esbeltas
y encierran frutos que salvan
la madre naturaleza
nos enseña en su portada
que el agua anuncia la gloria
y en la tierra es pura gracia
quiero beber en mi tarde
cuando el sol sus rayos guarda
los racimos de recuerdos
que la vida me reclama
oigo timbales que anuncian
rauda presencia en mi casa
de quienes buscan llevarme
invitándome a su brasa
y al regresar de mi tiempo
que veloz las horas calla
puedo advertir con mis ojos
y con profunda mirada
que el cielo en la tierra nace
si la tierra en él se guarda


   
 
23
 

La luna arde en la noche


La luna siempre arde en la noche
con el reflejo de la luz en su recinto
y baña el tiempo de los hombres
tímidamente con la fuerza de su estilo
ella no engendra competencia
con aquel astro que le diera su vagido
pero ilumina oscuridades
con la profunda nitidez de su designio
cuando ella alumbra en luna llena
intenta dar fuego de aurora estremecido
y ella permite silenciosa
trepar la noche con los ojos sumergidos
en esa tenue claridad
que da lugar a socorrer cualquier destino
ella no crea lo que enciende
pero recibe el alimento de su trino
y es tierna estampa que permite
adivinar la luz del sol y ser su amigo
para poder correr los valles
que necesitan de su ardor para su trigo


   
 
24
 

Romance de la divina alianza


Llega el ocaso a ser vida
y el jazmín ha florecido
la gracia fue derramada
y la tierra vio su trigo
claman su voz las campanas
y el ave vuela a su nido
el árbol pinta su monte
con el fruto de su estilo
vive el zorzal sus canciones
en un pletórico trino
arden las horas del fuego
que la zarza ha consumido
brinca la cabra en el monte
y busca beber su vino
vuelan las aves del bosque
en un tono repentino
se allega el mar al velero
que ignora el propio camino
corren los hombres que ignoran
que el puerto fue su destino
y en la búsqueda aparece
el casco de mi navío
el todo busca sus partes
y cada parte su anillo

 
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26
 

El aire que respiro


El aire que respiro y me alimenta
purifica mis días
tonifica la fuerza de mis brazos
permite oxigenar mi propia savia
sostiene las bandadas
que sumergen su cuerpo entre las alas
y se vuelcan llevadas por los vientos
el aire me acompaña y recita conmigo
la plegaria
y camina en la senda de mis pasos
se aprisiona en el cuenco
de borrosas tormentas
y ciclones aviesos
y es clamor en la furia de los aires remotos
este aire mío me aproxima al calor de la vida
y a los témpanos del frío de la muerte
me prodiga la brisa del verano que llega
y me entrega el follaje del otoño
en el aire está el alma de la vida
y la vida es el aire de la historia


   
 
27
 

Romance de los pasos


Oigo los pasos de Dios
que en la noche se aproxima
a velar por mi descanso
y alivianar mi fatiga
son los pasos bienhechores
de quien perfuma la brisa
con la gracia de su amor
y el manjar de su sonrisa
saludable aquel momento
de escuchar su voz amiga
y es camino de los hombres
que enfervoriza la vida
sólo Dios ha de bastarme
y lo demás se encamina
a llevarme hasta mi puerto
donde mi nave se afirma
oigo los pasos de Dios
silenciosos que se arriman
a extasiarme en su belleza
y a recibirme en la cima
donde el Hijo goza al Padre
y el Señor su fuego atiza


   
 
28
 

Percibí sensaciones


Percibí sensaciones en mi alma
que quisieron decirme lo que añoro
descifrando el misterio de mi historia
y ensamblando mi ser en nuevos ojos
experiencias de vértigo que buscan
aquietarse en la cima del reposo
por saber contemplar en el descanso
esa pura verdad que tanto exploro
y vertientes que surgen repentinas
alumbrando el canal que desconozco
y asimilo mi frágil existencia
descubriendo el sendero misterioso
como pétalos blancos que se esfuman
de la rosa que llora su despojo
y sólo en otro tiempo ha de surgir
con la misma ilusión en otro foro
donde habrá muchas rosas que conversen
diseñando el vergel que fue mi asombro


   
 
29
 

Por los cerros


He deambulado por los cerros
para encontrarme con mi dueño
y en el presagio de la luz de aquel encuentro
el zarandeo entre las piedras
me hizo asumir el precio altivo de la joya
que con pasión y temperancia
hoy he buscado en lo profundo
de mi alma que alumbra
tengo en mi pecho la hornacina que se abre
a recibir flores del viento
copos de nieve sin mancilla
y al artesano de mi ser que hubo querido
dignificar mi cuna
purificar mi celo
desarraigar cizaña
y enarbolar haces de luz para su templo
yo glorifico ese mi cuenco
que transformado en relicario me regala
esa presencia misteriosa
esa mirada providente
y aquella brasa que mi Padre ardió en mi seno


   
 
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