INDICE

Prólogo del autor


Cuando di por concluida la presente obra, comencé a preguntarme cómo podría demostrar mi agradecimiento a los lectores que fielmente han seguido mis anteriores publicaciones.
Me pregunté, además, cómo posibilitar que muchos nuevos lectores, casi sin proponérselo, pudiesen descubrir y explorar las páginas de "Añorando la cima" para iniciarse y/o continuar en la búsqueda de Dios y su grandeza. También, para encaminarse al encuentro personal con el Padre ya que todos estamos llamados a su conocimiento y amor. En síntesis, deseaba compartir con unos y otros el misterio y goce de la Fe.
Solo bastaron estas inquietudes para que, sin duda, el Padre me diera la respuesta : publicar esta nueva obra en internet, medio masivamente utilizado en los tiempos actuales por su fácil acceso y por su casi gratuidad.
En "Añorando la cima" he continuado con el mismo género literario que

 
1
 


eligiera en mis obras anteriores: "la poesía". Ello, por seguir considerando que la belleza que ésta encierra en todas sus formas y estilos, constituyen el lenguaje ideal y privilegiado para hablar y honrar a Dios, la Fuente de toda Belleza por ser Él mismo la Belleza personificada.
En sus páginas, los viejos y nuevos lectores se encontrarán con sonetos endecasílabos y alejandrinos pasando también por liras, coplas y poemas elaborados en estilo contemporáneo.
Con sencilla actitud hago entrega de este trabajo rogando al Padre que sea el inicio de otros similares porque la poesía quiere ser el sublime canto con que el hombre glorifica a Dios.


Pbro. Carlos Antonio Pérez

   
 
2
 

La luz


Yo no sé mi Señor
yo no veo tus luces en mi viaje
sólo sé que tu amor
se hace vida en la cuna donde nace
mis ojos no te encuentran
y tu rostro se esconde en mi ropaje
sólo tú puedes ver
mi recóndito amor que siempre late
encender con tu fuego
el caudal de mi ser en tu paisaje
sólo tú puedes dar
en la vida la fuerza que me labre
soy pequeña vasija
que no sabe abarcar tu voz amante
instrumento en tus manos
dispuesto a contemplar cuando me hables
soy pequeña canción
que resuena en el bosque donde se abre
un rincón generoso
donde pueda escuchar cuando me llames


   
 
3
 

Aquel pastor


Pastor que en tu palabra y tu silencio
me conduces en pos de tu cayado
pastor que reviviste a tus ovejas
congregando en un único rebaño
Señor que me entregaste con tu muerte
la certeza de verme restaurado
tú alimentas mi llama con tu cuerpo
y enciendes con tu amor al que has llamado
me conoces y buscas por mi nombre
guardando mi existencia entre los brazos
tú me buscas allí donde he perdido
el sendero que a tientas he soñado
me cuidas del embate que enemigo
intentara sacarme de tu lado
te enfrentas con las fauces de la fiera
que al redil ha querido derribarlo
enciendes con tu voz una esperanza
y aligeras al hombre atribulado


   
 
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Silencio soledad y palabra


Qué fuerte soledad la del silencio
donde escucho el cantar de la palabra
qué fuerte intimidad la del que vive
abrevando en la fuente revelada
cuán denso y trascendente aquel encuentro
que conozco en la hondura de mi alma
quien me habita es aquél que me ha creado
y busca descansar en mi portada
entregando su amor y providencia
y encendiendo mi fuego con su llama
soledad y silencio están de fiesta
porque escuchan la voz acompasada
que penetra en los tímpanos abiertos
y ofrece recrearme en su balada
...

el silencio conduce hasta el desierto
donde vive al clamor de esa palabra
buscando soledad en su vertiente
y acallando las voces que desandan
el misterio del hombre y su silencio
que expresa en soledad esa palabra
por la cual yo bendigo mi existencia
pues el Verbo la luz que me creara

 
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quiso ser ese huésped peregrino
que llamara a las puertas de mi alma


   
 
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Caminar en Dios


Yo no sé caminar sin tu presencia
ni tampoco mirar lo que tú miras
y en tanto que la gracia tú me inspiras
me guardo en tu regazo de indulgencia


tuyos son los secretos de la ciencia
las flores las canciones y las liras
tu camino va al puerto donde aspiras
que te encuentre labrado en mi paciencia


no te alejes de mí ya que me viste
incapaz de vivir en propias ruedas
pero presto en la luz que prometiste


nada puedo sin ti que tú no puedas
y en el valle feliz que ya elegiste
puedo dar de tu luz cuando te quedas


   
 
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La divina presencia


Señor cuya presencia nos enseña
el rostro de tu Padre y sus amores
amor puro creciendo entre las flores
en el alma habitada por su dueño


infinita bondad que en duro leño
conquistó como fuego en sus albores
al humilde mortal en sus dolores
que aguardaba vivir plácido sueño


pureza sin mancilla su existencia
que en amor le regala el Padre eterno
dando vida a los hijos y su herencia


el precio redentor del amor tierno
me llenó de la paz de tu clemencia
alejando inclemencias del invierno


   
 
8
 

El tesoro escondido


El tesoro escondido
refulgente en la tierra y resguardado
ofrece el contenido
en suelo abroquelado
aguardando los ojos que han mirado


inmensa su riqueza
emerge en luz radiante su tez pura
contiene la belleza
que surge prematura
en mirada que capta su estatura


benditas decisiones
de vender las riquezas de la tierra
que ofrecen ilusiones
y a quien se les aferra
divide el corazón inútil guerra


oh tesoro divino
te escondes ante el hombre que pasea
tu cuerpo yo imagino

 
9
 


aguarda que lo vea
quien camina buceando y aletea



tu bien incomparable
invita a conquistar tu piel madura
espacio impostergable
beber de tu envoltura
adquiriendo tu luz y tu figura


quien busca la belleza
la encuentra en ese faro rutilante
y adquiere la destreza
de ver en un instante
en la tierra destellos de diamante


feliz el hombre puro
que se deja ganar por el tesoro
y busca en el futuro
la vida de aquel oro

 
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por quien vive la paz que siempre añoro


son simples apariencias
las riquezas del mundo avaricioso
producen indigencia
que el sabio presuroso
convierte en faro adusto y venturoso



quien vive la sorpresa
de joyas escondidas se asegura
renuncia a su riqueza
se envuelve en la espesura
y conquista la perla que procura


tú solo Dios viviente
el precioso metal vivo tesoro
te ofreces inocente
en cuna o cruz que adoro
y entregas la belleza de tu oro


   
 
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Dar la vida


Yo se que mi ganancia
es perder esta vida por salvarla
crecer en pura infancia
morir para guardarla
con la luz que me es dada para darla


el ojo solitario
no cobija en su tiempo al desvalido
no sabe solidario
donarse al que ha sufrido
y alegrarse en el hombre arrepentido


la vida aquel regalo
que el Señor me entregara en su alegría
la noche el intervalo
de aquello que nacía
me encamina a servir en pleno día


la tarde se avecina
y la vida retrasa su sendero
sus dones imagina

 
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serán su prisionero
hasta darlos en bálsamo sincero



la vida pura fuente
se posa en el altar que está de fiesta
allí se hará presente
la ofrenda de su gesta
y los frutos que surgen en la cuesta


oh simple creatura
tus ojos amanecen con la noche
allí tu voz perdura
tu vida es un derroche
del amor que descansa sin reproche


el hombre que ha vivido
y en humilde trabajo se ha postrado
enseña que ha sabido
cruzar su propio vado

 
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a través de su pálido vallado

...
la vida don del cielo
pasaje al inmortal tiempo de gloria
deriva por su celo
en cantos de victoria
que consuman el sello de mi historia


   
 
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El amor providente


Señor que te apresuras
y en medio del camino
recorres con temor mi humilde choza
en torvas desventuras
descubro mi destino
y busco la verdad que en ti reposa


tú vives ofreciendo
el agua en manantiales
en que viven mis huecos tu mirada
yo sé que conociendo
la paz en tus hostales
se enriquece en tus dones mi posada


hoy gozo en la esperanza
de la gloria ofrecida
al final del sendero balbuciente
me llena de confianza
la sangre de tu herida
y el ardor de tu triunfo refulgente


 
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Señor que me has amado
desde el seno materno
tú conoces mi ser enriquecido
por gracia que ha borrado
mi llanto en crudo invierno
y en espacio de amor que has elegido


tú vives mi pobreza
y entregas en tu mano
los racimos del tiempo redimido
conoces mi flaqueza
que es gloria del humano
donde surge el poder en que has vencido


Señor que me has mirado

 
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sembrando tus bondades
encierra en tus amores mi gemido
tu cruz me ha restaurado
tu leño en sus verdades
en pilares mi gozo han florecido







tu cielo viva estrella
que conduce mi paso
me señala las luces de tu rostro
la página más bella
vivir en tu regazo
donde clamo y buscándote me postro


   
 
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Sed de Dios


I

Tengo sed del Señor el agua pura
que recorre frondosos manantiales
y me invita a beber en esa fuente
que riega el sembradío de los valles
el agua lo sorprende en su camino
al sediento que añora sus caudales
tengo sed del amor que me ha creado
el que busca escribir en mi lenguaje
y difunde en fulgores su belleza
germinando en recintos que lo abracen
él no sabe negarse al que lo llama
aunque no lo avizoren los mortales
su divina bondad produce el ansia
y la sed de beber en sus vitrales

II


Oh glorioso Señor quiénes pudieran
descubrirte escondido en tu misterio
quién pudiera escuchar tu viva llama
la que brilla en la gracia de tu seno

 
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quien pudiera acunarte en su regazo
como al niño la madre en su embeleso





quién supiera admirarte en ese rostro
que contempla a los hijos que creyeron
quien te viera Señor y en tu presencia
te ofreciera el calor de nuestro suelo
es la sed trascendente de tu vida
la que busco encontrar en el desierto
como tierra reseca he recalado
en la fuente que enjuga mi desvelo

III


hoy quisiera escuchar y contemplarte
como escuchan y observan los que aman
reclamando el ardor de tu presencia
que apacigua el calor en que me inflamas

 
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yo quisiera llorar para encontrarte
y gimiendo volverme llamarada
capaz de cobijar tu omnipotencia
y extasiarme en la senda de tu gracia
recoger los frutales de tu viña
y esperar que mi sed pura nostalgia
amanezca en tu rostro compasivo
cincelado en la fibra de mi alma


   
 
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La bondad de Dios


Oh Dios cuyas bondades desbordan la existencia
de Padre que ha buscado mostrarse en mi figura
eliges barro pobre de arcilla su estructura
y llenas con tu gracia el hoy de mi indigencia


encuentro en tu palabra sublime trascendencia
percibo en tus amores la vida que futura
entregas a tu hijo que vive en alma pura
y aguarda ver un día el sol de tu presencia


los cielos me reclaman vivir para tu gloria
la tierra canta loas mostrando alborozada
los pasos que entregaron al hombre su victoria


dichoso será el hijo que busque la alborada
del Padre que nos ama y guarda en mi memoria
la sangre de su Hijo en tierra conquistada


   
 
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El Dios itinerante


Oh Dios itinerante que ensamblas corazones
que vieron en tu Verbo la página gloriosa
escrita entre la selva o el mar que se desglosa
y brinda a cada paso caudales de ilusiones


conoces de los hombres las hondas pretensiones
de hallar puerto seguro gemido que se posa
en íntimos senderos vergel donde reposa
viviendo en tu frescura cargada de emociones


oh Dios que te extasías mirando la creatura
la obra de tus manos que muestra tu presencia
y espejo de tu vida que anuncia tu figura


abísmate en mi mirada que es pura complacencia
yo vivo en tus fulgores la gloria prematura
de eterno paraíso que entrega tu clemencia


oh Dios tu amor divino reclama su respuesta
y el hombre en su pobreza revive su estatura


   
 
22
 

Caminar en la fe


Camino sin cansancio portando mi fatiga
sondeo mis recuerdos que emergen en destellos
revivo en la memoria los tiempos que más bellos
posaron en mi techo que dóciles abriga


los días que he vivido historia me prodiga
y vibran en mi entraña relámpagos muy bellos
camino hacia la cumbre sabiendo que fue en ellos
el surco y la simiente las flores y la espiga


jardín es mi recuerdo de pétalos que han sido
el bálsamo en su aroma y luz en la mirada
cubriendo mis espacios de germen florecido


la rosa que en capullo naciera agazapada
inunda de fragancia el tiempo recorrido
que anuncia reluciente la patria esperanzada


al hijo que en la tierra se acuesta en su regazo
el Padre de los cielos le muestra su hermosura


   
 
23
 

Hoy canto


Hoy canto mi silencio
con las notas que llevo en la memoria
hoy elevo mis preces
recordando esplendores de la historia
hoy me inclino a los pies
del que puede llevarme hasta su gloria
y enjugo mi lamento
consolando mi vida entre mis glosas
perfumando mi ser
con las flores que ensayan sus aromas
hoy comienzo la vida
aguardando paciente aquella rosa
la del Padre bendito
que me entrega el manjar en que reposa
mi sencilla amistad
que descansa en el Dios que me desposa


   
 
24
 

Humilde canto


Canto Señor a tu divina rosa
desde mi tallo que tu vida entrega
yo tripulante que en andares brega
aquel descanso que en tu amor reposa

soy esa tierra pretendida glosa
que humilde germen en amor allega
soy pobre nave que en tu amor navega
hacia la cumbre de tu faz gloriosa


soy misionero de tu voz que santa
da luz al mundo que en tinieblas llora
y humilde fruto en tu fecunda planta


eres el árbol cuya sombra añora
mi alma sedienta que en tu ser decanta
y en tu presencia tu verdad implora


viven mis ojos en rosal sediento
vibran mis labios en salmodia pura


   
 
25
 

Tú conoces Señor


Tú conoces Señor mi pensamiento
las horas de mi alma te han buscado
momentos de mi vida han celebrado
y las noches persisten en su intento


tu misterio insondable que yo atento
pretendo descubrir iluminado
por la fe sólo puedo aleccionado
recorrer con humilde entendimiento


amarte es contemplar y conocerte
servir es el camino preferido
del amor que quisiera sólo darte


tu rostro es el abismo que escondido
solo puedo gustar sin comprenderte
por la luz que es oscura en su latido


   
 
26
 

El corazón contemplativo


El corazón contemplativo
gusta saciar la sed de Dios sin mas barrera
desentrañar con osadía
la oscuridad de aquel misterio al que se acerca
quiere volar en las alturas
y en su paciente navegar no se contenta
vive destellos que iluminan
pero la luz que tanto ansía no aletea
sabe que tiene lo que busca
pero no puede divisar el sol que anhela


en ese marco de nostalgia
el ojo humano quiere ver esa figura
que el alma guarda en sus entrañas
pero es opaca la belleza que procura
los ojos ven puro destello
y se debaten por su brillo y hermosura
busca gozar su entendimiento
cuando se entrega a develar la creatura
y surge pronto en sus intentos
que tal belleza el creador no se apresura
a conceder al ojo humano
porque esa luz está en la gloria que es futura

 
27
 







Dios es la luz que en su misterio
está escondida a la mirada que padece
la claridad es la penumbra
cuando aquel sol que es trascendencia no aparece
sólo la fe como luciérnaga
puede alumbrar el caminar de aquel que crece
para impulsar su valentía
en la visión que limitada no decrece
Dios es la luz esplendorosa
hoy yo me embarco en el fervor que se merece
y nos anima hasta la cumbre
donde su luz el sol de vida ya amanece


   
 
28
 

Luces de bengala


Luces de bengala al cielo
fatiga dura en la tierra
dibujando
un mar que cubre el desvelo
y un sol que a la noche encierra
aguardando

vivo mi tiempo pasado
camino y guardo el futuro
recorriendo
aquel recuerdo gozado
metas felices que apuro
reviviendo

hoy en el día de gloria
y en la noche de la vida
componiendo
versos de vieja memoria
que en hora ya florecida
van surgiendo

la oración que dice el hijo
cuando a su Padre reclama
nos enseña

 
29
 


a confiar cuanto él nos dijo
en la palabra que exclama
cuanto empeña



la muerte lanzó su grito
y el hombre nació de nuevo
jubiloso
cantos de triunfo en el rito
de muerte y vida conllevo
silencioso

la vida en sendero estrecho
recorre su caminante
descubriendo
canto y flores en repecho
piedras de grueso talante
ascendiendo

el Señor nos dio la casa
y devuelve la sonrisa
al que llora

 
30
 


él habita con su brasa
y rescata en suave brisa
al que implora


   
 
31
 

Perfume de cielo


Siento perfume de cielo
que se extiende en esta tierra
impregnando
las vidas que en un desvelo
desafiaron a la guerra
contemplando

el Señor que me ha creado
deja en mis ojos la perla
regalada
su amor recibo postrado
pues quisiera yo tenerla
conquistada

la vida corre en sus plazos
las horas de nuestro día
zigzagueando
encuentro fraternos lazos
al transitar mi alegría
descansando

los ideales del alma
expanden su luz preciosa
perfumando

 
32
 


gozo la paz y la calma
y la conciencia reposa
alabando


   
 
33
 

El nacimiento de Jesús


La humanidad se hunde en la noche
pero vigila el resplandor de cada día
la oscuridad muerde en la sombra
y es aguardada la promesa que existía
la sombra cede sus fantasmas
ante la simple claridad que el sol envía
sus lazos trémulos espantan
pero las luces del amor amanecían
el hombre solo desespera
pero el anuncio salvador le sonreía
fue la esperanza acrisolada
durante siglos en la antigua profecía


en una noche del invierno
surge la luz cuyo esplendor era deseado
en la pobreza de este mundo
y entre los hombres y los tiempos que han llorado
nace en Belén la nochebuena
en un portal de pobre techo perfilado
allí una estrella se hizo vida
y prorrumpió con su destello ensimismado
es impensable imaginar
aquella noche que el amor ha regalado

 
34
 


y no es posible comprender
aquel misterio que su sol nos ha mostrado




no nos alcanzan las palabras
para cantar tanto deleite aprisionado
el hombredios en nuestro suelo
y en crudo invierno por amor ha pernoctado
existe un frío penetrante
que en su calor el pobre niño ha desbordado


nace un infante que proviene
desde los Cielos por el seno de María
ella lo abriga entre pañales
y en puro amor al adorarlo se extasía
ella es la madre de ese niño
que lo eligiera como cuna de su día
el niño es Dios y el niño es hombre
que por salvar la humanidad aparecía
porque es tan grande su grandeza

 
35
 


como pequeño aquel pesebre en que nacía
porque es tan fuerte su alta estrella
que el mismo sol en su presencia se escondía
porque es tan bello aquél infante
que sólo Dios pudo labrar su epifanía
era tan dulce su presencia
que el mundo entero por su don lo conocía
"oh! feliz culpa la de Adán"
que en esta noche tal regalo concebía



el niño nace sin saber
aquel destino misterioso de su vida
tan sólo llora por el frío
sin conocer el crudo invierno al que venía


Él es el sol del nuevo tiempo
es la Palabra, la alegría y la ternura
su humilde madre lo acunaba
y con José en vivos cuidados se apresura
ellos pudieron en la noche

 
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representar a cada hombre en su estatura
interpretar su sentimiento
que al niñodios se lo ofrecieran con premura
era muy tierna su presencia
y era esperanza entre los hombres su figura
la luz brillaba por sus ojos
y el hombre ciego en su dolor quedaba a oscuras


oh! noche santa la del niño
la de Jesús, el Redentor que nos trajera
la salvación que fue promesa
lavando culpas en la paz que produjera
oh! noche espléndida del niño
que hizo feliz con su misterio nuestra espera



infancia pura que nos trae
aquel mensaje que en amor su luz nos diera
el niño vive por el Padre
a quien por siempre con fervor obedeciera
y su obediencia redentora

 
37
 


vino a sanar la enfermedad que aquí surgiera
el niño adviene el nuevo cielo
en esta tierra porque es pobre, porque es huérfana
en ese infante que redime
la magnitud de nuestra nada y su frontera


   
 
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