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En la penumbra


He buscado Señor
entregar con mis voces tu figura
ofrecerte mis pies
por brindar tu consuelo en la penumbra
irradiar tu mirada
que es llamado y anuncio y es ternura
proclamar con mi lengua
la palabra que has dado en la espesura
ofrecerte mis manos
que han tratado tu cuerpo en las alturas
engendrando a tus hijos
que buscan esa paz que tú dibujas
y en el fin del sendero
entregaste mi cuerpo en la ventura
del combate que arrecia
y exige en la batalla su bravura
vi en tu Padre a mi Padre
que busca tu misterio en mi estatura
cuando entregas tu amor
en los rayos de fuego que me alumbran


   
 
1
 

Cuando rezo


Elevo humilde mi canción
en alabanzas al Señor que me recrea
y escucho el canto silencioso
que fue entonado en la visión que me deleita
sé que mi Dios está escondido
en las paredes del amor que está en la celda
del que se sabe enamorado
de quien alumbra a cada hijo en su carrera
no he de cansarme en este suelo
al contemplar en la esperanza a quien enseña
aquel secreto de la vida
que es tan buscado entre los surcos y praderas
Dios es amor en su misterio
y ha conquistado nuestra vida con su estrella
que siempre crea en propia luz
y se dispone a iluminar toda ceguera
hoy yo le canto alborozado
a mi Señor mi Padre y Dios que me alimenta
y me sumerge en el silencio
de su retina que en mis ojos ve su huella
porque su luz es infinita
y mi candil busca sus rayos cuando reza


   
 
2
 

Infinito amor


Escondiste tu cuerpo
en el pan del sublime sacramento
y viniste a mi choza
irradiando tu paz en mi aposento
infinito tu amor
que no logro abrazar en sus destellos
sublime la presencia
que arroja la miseria de mi techo
imposible escribir
la magnífica voz de aquel estreno
donde mueres naciendo
y en tu muerte sepultas mi lamento
oh glorioso Señor
yo conozco tu amor en lo secreto
de mi alma postrada
por la fuerza que imprime tu misterio
yo quisiera decirte
en palabras los rostros que contemplo
pero soy una sílaba
que busca la palabra en tu sendero
que me enseña a cantar
y a danzar en la gloria de tu Verbo
quien me entrega su vida
su verdad su camino y su recreo


   
 
3
 

En tu herida


Yo conozco Señor tu sed ardiente
de quitar la orfandad en nuestra vida
y entregar los racimos de tu amor
a quien corre detrás cuando caminas
tú no sabes negarte a quien padece
y allegas tu bondad en cada brisa
añorando que el hijo de tu sangre
comparta las verdades de tu vida
encuentre aquella joya de tus pasos
y encienda el repertorio que tú animas
porque sólo en tu casa y en tus dones
podrá fortalecerse en la deriva
cuando surga la luz de tu promesa
y brille la esperanza que ilumina
porque tú sólo entregas compasión
y nadie queda fuera de tu herida


   
 
4
 

Añorando la mesa


Celebro jubiloso
los campos alfombrados de trigales
y anuncios de cosecha
y bendigo aquel surco
que cual seno bendito
albergó la semilla esperanzada
y abrió fértiles tierras
que empeñaron su vida en la simiente
y hasta el fin cobijaron su pequeña matriz

el trigo da su vida
cuando muere en el surco
y en su muerte resurge
con nueva y genital vitalidad
añorando la mesa y sus manjares


   
 
5
 

En plena noche


Encuentro en el sendero de los álamos
latitudes que surgen de sus hojas
el placer de la brisa que se acerca
y la sombra que nace de sus copas
y el sendero del monte está sediento
de vivir esas huellas de mis horas
si trashumo hasta el borde de su meta
y escalo la crudeza de sus olas
caminar y subir sin detenerse
es la marcha del hombre que en su ropa
va guardado recuerdos engarzados
de espinillos y aristas de la roca
el combate en la tierra es incesante
y es vívido horizonte el que reboza
en los ojos que aspiran ver la cima
y transcurren sin ver en plena sombra
pero alienta su vida la certeza
de llegar al coloquio que él añora
mientras vaya escalando en la penumbra
y gozando al final de su corona


   
 
6
 

El matorral de piedras


Enmarañado en riguroso bosque
y padeciendo un pajonal de piedras
mientras avanzo por la senda oscura
busco aquel faro que a su luz me lleva
y al aguardar en la paciencia adusta
voy escuchando un recital que enseña
sobre el peligro de ignorar lo bello
y encaminarse a traspasar fronteras
que me introducen en terreno estéril
y destruido por ardiente flecha
sé que el camino su perfil defiende
y he de encontrar la generosa senda
al recostarme en el calor del astro
y refugiarme en su bondad serena
que salva al hombre de morir sangrando
y lo encamina hasta encontrar su estrella


   
 
7
 

La vida pura


El astro anuncia su salida
y enciende el brillo de la aurora que ya emerge
y añora disfrutar esa mañana
envuelta en la prestancia
de la luz que ilumina su pródigo destino
los rayos de este sol
acarician la vida que se baña en su brisa
e invitan a buscar
el sendero que empalma con la vida que nace
saluda la belleza que rodea
la vida pura que celebra
ésa, la hora en que ha nacido el mundo nuevo
por siglos anunciado
que restaura el andar definitivo
del hombre que sediento
de verdad y de paz
se abraza con la flor y los trigales
hermanas creaturas
que intentan dar sustento a cada palmo


   
 
8
 

Las misteriosas voces


Escuchan voces mis entrañas
donde me nombran diluyendo la distancia
y es ya muy diáfano el vocablo
con que has buscado que te vea yo en mi carpa
soy quien contempla tu silencio
y puede hablar de tu bondad y tu palabra
porque desborda tu amor puro
que en infinito manantial entrega el agua
soy el humilde labrador
que sólo busca alimentar tu propia zafra
y sé que tú me has regalado
de tus riquezas en tu amor ardientes gracias
hoy yo te canto mi Señor
y te bendigo al recostarme en tu mirada
con el anuncio vespertino
de aquella eterna majestad de tu alborada


   
 
9
 

Retina Joven


Un tamiz de azahares
y un parque que revive en la vertiente
esbeltos rosedales
y música de néctar en las flores
conquista mi retina joven
el capullo el gladiolo y la magnolia
que en íntimos encuentros
regalan su fragancia y sus colores
vergel de primavera
donde siempre habrá sol de primavera
lumínicos los astros
que engalanan la noche y su elocuencia
camino reluciente
entornado de luces que señalan
tu místico destino
en la brisa que suave se desliza
cobijo mi esperanza
en la rica visión que ya me envuelve
porque surge la vida
el fruto de aquel parto de otro tiempo


   
 
10
 

Anochecer en la plegaria


Vivo el anochecer en la plegaria
velando me cobijo en cada noche
y soñando conquisto los umbrales
que introducen mis pies en pleno bosque
abro mis ojos llenos de añoranza
en el día que surge con sus voces
y empuñando las rejas del arado
impulso mis pisadas en sus odres
creo en la fervorosa tierra virgen
y confío en sus fértiles albores
acampado a la sombra de aquel árbol
que me ofrece su carpa en mis labores
soy el que busca frutos en mi huerta
y quien sabe encontrar lo que se esconde
y en honda gratitud al sol que nace
aguarda aquel caudal que no conoce


   
 
11
 

Malicia


Siento el cantar de los salmos
que me cobijan
en íntimos espacios de alabanza
en ruegos solitarios
o en acordes de paz
que abrigan la confianza en mis temores
y anuncian la promesa
invencible del Padre que me abraza
y aspira a protegerme
en abismos que surgen y procuran
entorpecer la senda
envilecer el alma
y empuñar la malicia de su raza
generando estertores
o clamando con voces penetrantes
por llevarme en su seno
y enraizar en su lecho mi existencia


   
 
12
 

El fuego del sol


Nuestro sol da el calor a lo sembrado
y madura semillas que han crecido
sus rayos son caricias que han bebido
la clara densidad que el astro ha dado

es el fuego solar que se ha entregado
por dar vitalidad al que ha sufrido
y esperanza de vida al que ha querido
envolver en su piel lo que ha soñado

el astro poderoso nos alumbra
y sustenta las voces que en el día
proyectaran con notas su tonada

y aquel que en su mirada se deslumbra
recoge la pureza que ya huía
y entona con la voz su fiel balada


   
 
13
 

El tiempo nuevo


En los umbrales de esa tierra
en que aparezca el hombre nuevo restaurado
es plenitud en la esperanza
el caminar en esa luz de un tiempo salvo
reverenciar la voz de Dios
y someter esta exsistencia a su cuidado
pues no habrá muerte ni fractura
en este tiempo que confiados aguardamos
el cielo nuevo y tierra nueva
han de surgir entre esplendores de mi ocaso
y ha de entonar la voz del alba
el jubiloso amanecer de mi descanso
sólo la gloria que es eterna
puede colmar el corazón hecho de barro
y transformarlo en el espacio
donde el Espíritu lo colma de su canto
que anuncia el reino del amor
y se difunde entre los hombres derramando
esa belleza del que crea
y hace partícipe del bien al hombre manso


   
 
14
 

El final


He podido mirar esa figura
del hombre que camina silencioso
y admira la verdad que en el reposo
induce a revivir en la fe pura

que provoca en el alma la ternura
con que puede volcar su propio gozo
el amigo el hermano o el esposo
que deben recorrer la senda oscura

el modo del camino es esa meta
buscada con afán en arduo velo
y lograda al final de la carrera

donde el hombre descubre la silueta
de quien busca llevarlo hasta aquel cielo
donde admira la luz que allí lo espera


   
 
15
 

La alegría


Descubrí en mi camino la alegría
y busco enardecer en propio celo
el amor que ha brotado en alto cielo
y encuentra su expresión en la alegría

y es tan bella la paz de esa alegría
que no puedo vivir en mi desvelo
si no labro esperanzas de mi anhelo
exultando en las horas de alegría

consciente de su fuerza se derrama
cuando puede gozar la verdad pura
el hombre que ha buscado en su camino

el agua de su paso que lo hermana
a aquél que lo ha esperado en su litera
y desborda alegría en su destino


   
 
16
 

El regreso


Regreso en el azar de la memoria
por senderos de luz que disfumino
en silencio que busca su secreto
y el arrullo que muestra lo infinito
he sabido correr en la distancia
por lograr la riqueza que ha nacido
del dorado manjar de los trigales
y la rica esperanza que da el lino
la belleza del campo y de mis plantas
que adornan y enaltecen el camino
invitan a gustar contemplaciones
e imitar su riqueza en el estío
cubriendo de virtudes la existencia
como ornato que encuentro preferido
pues los goces del alma no perecen
si alimento las notas de su trino
y gozando del don que da la vida
ofrezco esa canción agradecido


   
 
17
 

La tonada pura


Cantan las aves en el campo agreste
brilla la estrella en la esmerada noche
sueña el zorzal con la tonada pura
y el ruiseñor que se guardó en mi norte
quiero cantar como las aves cantan
vivir la tarde con mi propio acorde
sentir el gozo que me ofrece el día
y dar la vida que proclama el hombre
cuando entusiasta por beber su tiempo
busca ser siembra de su propio bosque
y regalar a cuantos ven sus pasos
los ramilletes que guardó su cofre
que son racimos que se precipitan
por dar el agua que surgió hasta el borde


   
 
18
 

Esperanzas que fueron


Escuché voces que en la tarde anuncian
los episodios que en el día ardieron
buscando el brillo de la luz que entona
las esperanzas que en mi tiempo fueron
siempre añoradas en el salmo oscuro
y conquistadas con profundo celo
ruego al Señor que me llevó a su fiesta
que me depare su mansión de cielo
donde su gloria en el eterno espacio
podrá vivir junto al divino Verbo
tierra feliz que me produjo fuerza
para aguardar en mi pequeño alero
aquel llamado de la voz postrera
donde me invita a cobijar mi lecho
suenan arpegios en el mar celeste
que han descifrado lo que vi en mi sueño
y sólo anhelo con mi voz unirme
esas canciones que creó mi dueño


   
 
19
 

La escalada


Feliz aquella joya
que me invita a escalar horas de gloria
ciñéndome a los hombros
alforjas que permiten
soportar los rigores de la noche
y encauzar mi camino
que en su angosto perfil
posee las riquezas inefables
que semejan peldaños de algún monte
y ofrecen deseos en su amor
que busca el viandante
por aspirar la brisa
y descubrir espacios
en la cumbre nevada
cima gloriosa
y morada de Dios para sus hijos


   
 
20
 

María


Madre que buscas en la tierra
inaugurar horas de cielo
cuando engendraste al Redentor
que nos legara en alto precio
la nueva vida que en la cruz
fue recogida en este suelo
eres la Madre de Jesús
que en el instante del destierro
nos entregó tu propio ser
como la madre que en su seno
cobijaría con amor
a quienes viven su desvelo
y han renacido de la muerte
por el amor del nazareno
hoy te alabamos tierna madre
que nos albergas en tu celo
y en humildad te suplicamos
que como estrella en sus destellos
guíes la barca de tus hijos
que han renacido en tu sendero


   
 
21
 

Refugio


Padre que buscas con amor eterno
al hijo pobre que perdió el sendero
inmenso amor es el bastión seguro
donde descansa quien buscó tu alero
vivo en tu casa donde tú me invitas
por ser el hijo que vivió el anhelo
de descubrirte en la mansión que añoro
y poseerte en el eterno cielo
gracias mi Dios porque miraste al niño
que no sabía caminar tu sueño
y en tu regazo lo abrigó tu amor
y su plegaria desechó el desvelo


   
 
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